Resident Evil Village One Shots

Cassandra Dimitrescu

Advertencias:

Lesbianismo
Sangre
Menor de edad y mayor de edad

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Cassandra Dimitrescu era la mujer de tus sueños. Aún que despiadada y grotesca degustaba más de tu sangre que de cualquier otra sirvienta del castillo, pero eso era algo que estabas dispuesta a aceptar siempre y cuando puedas sentir su tacto. Llegarías a derramar hasta la última gota de tu sangre si eso la satisface. No obstante, eras conciente de que ella solo te veía como un mero objeto de satisfacción que raramente demostraba algo de compasión al dejarte recuperarte un par de semanas en la enférmeria del castillo antes de volver a beber de ti.

Audazmente te observaba en silencio cuando hacias tus deberes. Aún que no lo diga, ella piensa en ti más tiempo del que debería, y cómo no hacerlo. Eres hermosa a los ojos de quien sea que te vea, a Cassandra le gusta pensar en tu belleza. En tus ojos azules tan claros como un cielo despejado, tu nariz pequeña, en esos labios rosados y carnosos que la volvían loca solo de pensar en posar los suyos sobre ellos, en ese bello cabello de un marrón claro casi anaranjado que le encantaria acariciar después de joderte tan duro que te quedaras dormida por el cansancio y éxtasis, en esas poco notables pecas que adornaban tu nariz y mejillas. Mejillas tan suaves que le encantaria lamerlas mientras tu estas a su disposición sin poder sobre tu cuerpo como para objetar sobre lo que ella te haga.

También se tomaba su tiempo admirando tu cuerpo y pensar en cada parte de el. En tus caderas con muchas más curvas de lo que era normal para una joven de 16, en tus lindos pechos en desarrollo cubiertos por la ropa que usan las sirvientas del castillo, en como tu trasero resaltaba con ese vestido.

Estabas demasiado encantada con la belleza y actitud desinteresada de Cassandra como para notar como te veía, sin embargo. La deseabas. Deseabas que te besara apasionadamente mientras entrelazan sus dedos y ella mete sin descuido su lengua en tu boca y te domina. Muchas mujeres en el castillo dirían que eso es muy lascivo. Si supieran lo que Cassandra quiere hacerte pensarían que eres una romántica empedernida.

Cassandra estaba decidida, este día sería el día en que seria sincera contigo y te diría lo que quiere de ti. No espera que después de usarte como alimento quieras algo con ella y no te castigariá si no sientes ni quieres lo mismo. Pero ella lo sabía. Ella sabia que te quería a su lado, ¿qué importancia tiene para ella la edad? Después de todo. Sin importar cual fuera tu edad le darías una respuesta positiva o negativa de todos modos.

7:30AM. El desayuno había sido servido por tu mano a las damas del castillo. A decir verdad, te llevabas bien con Daniela, Bela y Lady Alcina Dimitrescu disfrutaba que le contaras historias del pueblo del que provenías antes de venir a Rumanía por cuenta propia ya que tu familia conformada mayormente por hombres engreídos te detestaba por ser diferente en cuanto a tus gustos respecto a lo amoroso. Es más. Salvo Cassandra, ninguna de las damas te había puesto un dedo encima.

Mientras serbias vino en la copa de Cassandra juntaste todo el valor que tenías para hablarle.

"L- Lady Cassandra, ¿Podría usted verme en la biblioteca del castillo después de su desayuno? Quisiera hablar con usted en privado."

Le dijiste en voz baja para que solo ella te escuchara.

"... te vere ahí en 15 minutos."