Gente aprovecho para decirles que estoy escribiendo una nueva historia sobre las hermanas Dimitrescu, estoy escribiendo el primer capítulo y cuando lo termine lo sacaré. Así que les daré un aviso cuando el primer capítulo esté listo, agradecería mucho que lo apoyen.
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Como joven pianista, decidí mudarme al pueblo rústico donde solían vivir mis abuelos después de que su propiedad fuera transferida a mi nombre tras su fallecimiento. Aunque había visitado el pueblo en varias ocasiones durante mi infancia, esta vez me sentía un poco nerviosa y emocionada al mismo tiempo, ya que iba a ser mi hogar permanente.
Después de llegar a la casa, noté que aunque era hermosa y antigua, necesitaba algunas reparaciones y renovaciones. Pero eso no me importaba, ya que mi objetivo principal era tener un lugar donde pudiera tocar mi piano en paz y continuar con mi pasión por la música.
Una vez instalada en la casa, empecé a explorar el pueblo. Me di cuenta de que era un lugar muy peculiar, con calles estrechas y edificios antiguos. La mayoría de las tiendas y restaurantes parecían estar cerrados o abandonados, y no había mucha actividad en las calles.
Mientras caminaba por el pueblo, noté que la gente me miraba con recelo. No estaban acostumbrados a ver a gente nueva en el pueblo, y esto me hacía sentir un poco incómoda. Además, había algo aterrador en la forma en que me miraban, como si supieran algo que yo no sabía.
A medida que pasaban los días, empecé a escuchar rumores extraños sobre el pueblo y sus habitantes. Algunos decían que habían horripilantes criaturas malignas que habitaban en la iglesia, mientras que otros hablaban de extraños sucesos que habían ocurrido en el cementerio. Incluso escuché a varias familias quejarse sobre cómo los cadáveres de sus ya difuntos familiares habían desaparecido.
A pesar de todo esto, no dejé de tocar mi piano. Era mi única fuente de consuelo en este lugar extraño y aterrador. A veces, incluso podía sentir que mi música tenía un efecto mágico en el ambiente del pueblo, como si pudiera calmar al ambiente inquieto y atraer la atención de los habitantes del lugar. Algunas personas venían a mi casa exclusivamente para pedirme que les tocara una pieza en específico. A través de este favor por mi parte me dejaban algo de dinero, lo cual me estaba viniendo muy bien ya que no tenía un plan de ahorros desde hace bastante tiempo, no he ahorrado un centavo desde que recibí la casa y los ahorros de los abuelos, esto me da más posibilidades para buscar una ocupación a la cual dedicarme y de esta forma generar ingresos.
Fuera de eso nada raro ha ocurrido en la semana que llevo habitando este lugar. Supongo que hoy será uno de esos días de ocio, quizá alguien me pida que toque una pieza musical... Aunque empiezo a contemplar la idea de tocar en la cantina del pueblo. No sería una mala idea, después de todo, tengo la suficiente seguridad en mí misma como para tocar frente a un grupo grande de personas.
Pero.......... ¿Qué sentido tiene? Simplemente con lo que tengo ahorrado, lo que me dejó el abuelo y lo que gano tocando para la gente me es más que suficiente. No necesito pensar en mantenerme junto a alguien, no necesito preocuparme porque alguien me está exigiendo que haga algo con mi vida además de recostarme y tocar el piano, no necesito a alguien que se queje de que fumo demasiado o que haga un berrinche porque no he lavado los platos cuando era mi turno. Puedo ir al baño con la puerta abierta y puedo beber lo que quiera sin que alguien me recrimine por no estar usando un porta vasos. Esto es genial, nadie me molesta por andar desnuda por la casa, nadie me molesta comer en la cama, nadie me molesta porque estoy muy atrapada en mis pensamientos, nadie me molesta para que me levante temprano, nadie me molesta para que le diga que le quiero, nadie me molesta mientras leo para pedirme que merendemos juntos, nadie me molesta para decirme buenas noches, nadie me molesta para darme un abrazo, nadie me molesta para pedirme mimos, nadie me molesta para decirme que me ama, nadie me mo-.
《Los pensamientos de la pianista se ven interrumpidos. Dentro de toda la casa retumba el suave golpear de unos nudillos chocando contra la dura puerta de roble oscuro que hacía de entrada para la casa. Un tacto suave y considerado, todo lo contrario a cómo llamaría uno de los terratenientes siendo tanto hombres como mujeres, niños y niñas todos ellos bruscos a la hora de tocar. Dentro de la cabeza de la pianista surge la pregunta que cualquiera se haría: ¿quién es? quizá algún poblador que ella aún no había conocido, cosa que dudaba ya que gracias a la buena fama de su abuelo había sido capaz de conocer a casi todo el mundo dentro del pueblo. Esta simple coyuntura le estaba carcomiendo la cabeza.》
"¡Ya va!"
《Tan rápido como pudo se levantó, y a paso apresurado caminó. Cada pisada más fuerte que la anterior por el pasmo que le generaba esta incertidumbre. Antes de abrir se detuvo un segundo, se acomodó el vestido eliminando cada arruga en la tela de su falda y arregló su cabello, una vez terminó finalmente abrió la puerta.》
"Hola, ¿Qué se le-."
《Lo primero que ve la pianista al abrir la puerta son unos fríos ojos amarillos que brillaban como el neón que tantas veces había visto en los carteles de los bares pertenecientes a su ciudad natal. En lo segundo que se fijó fue una tez tan pálida como la nieve que cubría los verdes Campos que rodeaban al pueblo, estos rasgos eran pertenecientes a la figura femenina que con una sonrisa denotaba sus blancos marfiles saludando de esta forma a la pianista.》
"Buenos días, ¿es usted aquella pianista de la que la gente no para de hablar?"
《Un mercado acento de la región podía percibirse con facilidad en su encantadora voz.》
"Sí, esa sería yo."
"Es un placer. Mi nombre es Miranda, yo soy la matriarca del pueblo y la líder de la gente, seguramente no me conozcas puesto que he asumido este cargo hace apenas 5 años. Eso no tiene relevancia sin embargo, lo importante es que tienes algo que realmente me interesa. Y es que no he escuchado a alguien Tocar música en vivo desde hace ya mucho tiempo, la gente de aquí no se interesa por aprender el oficio de un instrumento y es raro que aparezca gente nueva en el lugar, aunque tengo entendido que solías vivir aquí con tus abuelos hasta que abriste tus alas y emprendiste viaje por cuenta propia, ahora estás aquí, de nuevo, no pienso indagar mucho en el asunto puesto que no es de mi incumbencia pero tengo una propuesta para ti."
"... yo... la escucho."
"Quiero que toques en persona para mí y mis compañeros que también desempeña en el cargo de jefes de las diferentes zonas del pueblo, cada uno por cuenta propia. Todos los domingo nos reunimos en la capilla, a las afueras del pueblo. Allí se encuentra un piano donde puedes tocar las melodías que a ti se te plazcan durante nuestras reuniones. Tienes toda la semana para pensarlo, así que en todo caso espero verte allí el domingo si te interesa mi propuesta, ya que te ofrezco una muy buena paga, así que por favor, considéralo."
《Sin sin más, la mujer simplemente se dio la vuelta y tranquilamente comenzó a caminar; agitando las negras plumas provenientes de su saco negro con bordes dorados de intrincados remaches ornamentados con lo que parecían ser diamantes relucientes, dando esta perspectiva de ella ahora la pianista podía verla mejor. Miranda era mínimamente 30 centímetros más alta de lo que ella era, y su espalda era ancha, como la de un boxeador o un jugador de rugby. Tan pronto como Miranda se alejaba, el corazón de la pianista latía más, y más, y más rápido, amenazando con escaparse de su caja torácica por la intensidad con la que su sangre bombeaba. Esa mujer era definitivamente un premio para los ojos cansados.》
Esa mujer.... es un sueño.
Fin parte 1.

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Resident Evil Village One Shots
Romanceone shots de resident evil village personajes de re8 a elección, hagan sus pedidos Ningún personaje de la saga resident evil me pertenece.