Resident Evil Village One Shots

Karl Heisenberg

"¿Qué es esto?" Preguntas con intriga. Heisenberg arquea una de sus oscuras y plateadas cejas, ofreciéndote poca explicación real. No es que realmente necesites uno-. Pudiste saber qué objeto era en el momento en que lo sacaste de la caja de cartón en la que Heisenberg lo había envuelto.

Su presentación dejó bastante que desear, pero lo que cuenta era la idea.

"¿Qué crees que es?" Heisenberg contesta, mientras continúas girando el juguete de metal de tamaño considerable en tus manos. La artesanía es impecable, pero eso es de esperar. No pensaste que Heisenberg era capaz de hacer algo mediocre, y si lo fuera , ciertamente no te lo daría como regalo.

" Parece un consolador". Tu dices. Tiene la forma y el tamaño generales concretos, aunque los detalles son un poco… bueno, le faltan detalles. Eso no es sorprendente, ya que no hay mucho que uno pueda hacer con el metal—

Dicho esto, el consolador no se siente como si estuviera hecho de metal. La cabeza de la polla falsa es suave y maleable , como algo hecho de silicona segura para el cuerpo. De hecho, si no hubieras visto las diminutas cabezas de los tornillos que sujetaban la cabeza de la polla al eje de la polla, ni siquiera habrías sospechado que probablemente se había improvisado con pedazos de chatarra que tenía tirados por ahí. En el taller. (Lo cual, te das cuenta, no es una suposición justa: si se trata de un consolador, Heisenberg no te daría algo que pudiera hacerte daño; y el metal cubierto de óxido te hará daño).

Es seguro decir que no esperabas que Heisenberg te regalara un juguete sexual. Que el hombre era un genio en ingeniería era evidente, pero en realidad nunca lo habías visto hacer otra cosa que no fuera su ejército de metal... Era lógico pensar que podía hacer otras cosas, por supuesto, pero estaba tan concentrado vengándose de Miranda ya que realmente no tenía tiempo para concentrarse en otros proyectos. Te ha hecho regalos antes: algunos de tus favoritos fueron los hermosos rompecabezas que había hecho; cada una era una obra de arte, completa con esculturas en miniatura de monumentos de fama mundial (su favorito era un modelo a escala de la Torre Eiffel, completo con luces de trabajo, con un delgado tobogán de metal que envolvía el cuerpo de la torre para que la bola pudiera viajar de un extremo al otro)—

Pero nunca antes te había hecho un juguete , en gran parte porque (aunque deteste admitirlo), la idea de que busques tu placer en un objeto inanimado cuando podrías llegar a él con la misma facilidad lo hace prácticamente hervir de celos. ¿Por qué haría todo lo posible para fomentar ese tipo de comportamiento?

Entonces, tal vez... ¿esto es menos un juguete para ti y más un juguete para que ustedes dos lo usen juntos?

Heisenberg ni confirma ni niega sus sospechas, por lo que preguntas: "¿Es ... seguro para el cuerpo?". A pesar de saber que él nunca te daría algo que te lastimaría, hay una parte de ti que solo necesita escucharlo decirlo.

"Técnicamente." Bueno… esa no era la respuesta que esperabas. Tu confusión debe ser clara en tu rostro, porque él continúa sin darle importancia al asunto: “Es seguro para ti”. Pasa un dedo por el extremo plano del consolador, que parece estar cubierto por una fina capa de... ¿ plástico ? “Y esto es para mí”. Señala el resto del consolador.

Tus ojos se abren un poco, "¿Es esta tu manera de decirme que quieres que yo..." Dejas la oración colgando, no queriendo leer demasiado en esas cosas que Heisenberg ha dejado sin decir. En caso de que eso no sea realmente lo que está diciendo.