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Capítulo 19.💎

Caos

No puedes vivir complaciendo a otros. La decisión es completamente tuya. -Alicia en el país de las maravillas.

Alessandro

Rozo mis dedos en mi mejilla, no soy muy consciente, pero veo la marca roja en lugar, la marca de los dedos que ha dejado Gianna.

Mi puta boca se abre antes de que siquiera pueda pensar, me arrepiento por completo de todo lo que dije, de esos pensamientos oscuros que se supone deben estar muy dentro de mi cerebro.

Joder, lo arruino cada vez que ella y yo estamos bien.

Muy pocas personas saben cómo es mi temperamento. Sé que esa rubia le ha dicho lo necesario para hacer perder mi paciencia. David encontró las palabras correctas para volver loco y solo pensar en una sola posibilidad.

La culpa de Gianna por confiar en Regina.

Ya no estoy tan ebrio ni drogado como hace pocas horas y sé que ahora pienso con más claridad y no puedo culparla, yo también llegué en un punto a confiar en Omar.

Necesito pedir disculpas.

Salgo de mi habitación con la mirada fijas de Berlín, el perro solo está atento a cualquier movimiento que yo pueda hacer. Ya más de una vez a intenta atacarme cuando le he levantado la voz a Gianna, sé que puede sentir toda la tensión que hay.

Ya me he cambiado de ropa y justo cuando pongo un pie en las escaleras veo a Pietro en mi camino.

—¿Qué pasa?

—Muchas cosas. La señorita Antonella Ricci llegó hace poco y ha estado hablando con su esposa. Después de una breve charla dio la orden que trajeran a la casa a la señorita Regina y al señor Omar.

—¿Sigue Antonella aquí?

—No señor, ya se fue hace poco.

No digo nada, más por que ya escucho los pasos de mi esposa, pero cuando pienso que dirá lago, solo pasa de largo sin mirarme. Sin duda ya no es la misma de antes.

La sigo hasta nuestra habitación, donde ya la veo sentada en el filo de la cama quitando us zapatos y yendo a buscar algo más cómodo, incluso veo cuando se pone un de esos suéteres de lana que odio.

—Hablemos —susurro.

—Sigues ebrio —se pone frente a mí, es tan bajita sin tacones —No voy hablar contigo hasta que no sé te pase tu actitud de mierda.

—Dolcezza...

—Me dolió lo que me haz dicho, y no se me ha olvidar tan fácil todo lo que salió de tu boca. Así que ahora mismo tengo que atender cosas que estoy segura de que ya sabes. Sí quieres puedes estar presente, pero no me dirijas la palabra hasta que no se te baje el alcohol y la droga de la puta cabeza.

Se aparta y sale de la habitación con Berlín detrás de ella. Trago duro y una estúpida lagrima se resbala en mi mejilla, por la misma donde ella dejó una marca roja.

Me quedo en el lugar sintiéndome como un total imbécil, como si toda mi vida estuviera mal. Son al menos veinte minutos cuando me muevo cuando me dan aviso de que Regina y Omar han llegado.

Cuando estoy en el primer piso los veo y mi mente me vuelve atraicionarme una vez más, solo escucho las palabras de David en mi cabeza.

Tu esposa llevo a los enemigos hasta ti. Tu esposa ha sido la culpable de que estén detrás de ti. Todo lo hace por Matteo.