Capítulo 31. 💎

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Indestructible

Como odio que me oculten algo, si al final me voy a enterar.-Anónimo.



Alessandro

El día se asoma por la ventana y agradezco a las cortinas que impide que el sol se cuele y nos moleste y hasta nos cambie de humor. Ginna sigue aferrada a mí, y no me ha soltado durante toda la noche. Lo agradezco, amo cuando es así.

La vista se mueve un poco hasta mi lado izquierdo, donde reposa el reloj digital. Me quejo al saber que ya es tarde para lo que normalmente suelo levantarme. Con cuidado, me separo de mi esposa, para ir directo al baño.

Hoy es un día importante, hoy por fin Alonzo toma su cargo como presidente y para mi será más que un placer estar presente. Lo mejor es que es posible que tenga la dicha de ver a ese hijo de puta que aun me sigue jodiendo la vida.

Ayer, después de todo el problema de Fedör y del idiota de David, fui con Ángelo y con Alonzo. Ellos me presentaron al equipo de Alonzo, a todos los ministros y secretarios que estará durante los proximos siete años y si todo sale bien, conseguir la reelección y estar en el poder durante catorce años.

Desde hoy comienza todo el plan por el que estado esperando, tendré el control y mi reino será invencibles, indestructible.

Media hora más tarde, ya estoy listo para comenzar el día, para cuando salgo de cuarto de baño, ya veo a mi esposa vestida y con Gian entre las cobijas.

—Buenos días —me acerco, pero no me siento en la cama.

—Mama me quiere llevar al doctor —es cuando mi hijo habla que noto su voz ronca y nariz congestionada.

—Lleva así desde ayer —Gianna acomoda su cabello mientras disimuladamente toma su temperatura con las manos.

—No quiero ir, estoy bien —entonces le da un ataque de tos.

—Bueno, iras con mamá al doctor. No creo que este bien, Gian.

—¿Tú no vendrás? —pone esos ojitos que me hacen pensar que convensará a cualquiera para hacer lo que él quiera.

—Papa, tiene que trabajar —ya me acerco a acariciar su cabello.

Le doy un beso a ambos antes de salir, le digo a mi esposa que debe ir a Roma a medio día, ella solo asiente con una tierna sonrisa en el rostro.

Tomo mi teléfono y salgo del lugar rumbo al auto que ya me espera. No me demoro demasiado en llegar al aeropuerto y subirme al jet donde ya me espera un delicioso desayuno al estilo alemán, y aunque no soy fan del pretzel, este está muy bueno.

Sonrío cuando recuerdo aquel día donde mi abuelo me dijo que yo sería el primer alemán en tomar el control de Italia. Nunca me sentí de ese país, nací en Alemania y pasé los primeros cinco años de mi vida ahí. Sin embargo, mi padre obligó a mi madre a criarme en Italia, de donde en realidad soy. De donde es mi sangre.

Cuando tomé el control de la Cosa Nostra, no me sentía capaz solo porque en realidad no nací en Italia. Mi nacionalidad es alemana.

—¿Señor? —Orlando aparece cuando ya termino con mi desayuno— Hay noticias de la señora Tatiana Reyes...

—Escucho...

—Está en llamada, señor... —ya me pasa el teléfono privado.

Lo tomo de inmediato.

Hola lindo italiano— la voz de Tatiana suena más suave de lo que recuerdo.

Hola linda mexicana.

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⏰ Última actualización: Jun 22 ⏰

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