Capítulo 8

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Karol                          
—Gracias, a todos —agradecí sincera  y me senté, recostada del espaldar del sofá con los pies en el piso.

—Solo ha sido un susto —dijo el doctor recogiendo sus cosas.

—Gracias a Dios solo fue eso, nos asustaste —comentó Thiago.

—No vuelvas a hacerme eso Karol, casi muero de un infarto.

—Lo siento Rapu —me disculpé.

—¿Cómo te sientes? —preguntó Teo y asentí.

—Como nueva, gracias.

—Bueno yo me retiro. Lo único que tengo que decirte es que no hables mientras comes, para todo hay un tiempo linda —me recomendó el doc y estuve totalmente de acuerdo.
¡No al chisme durante horarios digestivos!

Todos se dispersaron y me fui quedando con la compañía de Helen, Thiago y Logan. Esta primera movió sus manos nerviosa unos minutos y el segundo pidió permiso para retirarse, no sin antes hacerle una seña a mi amiga para luego largarse disimuladamente con ella tras él.

—Me voy a mi cuarto —solté huyendo de su compañía.

«Si cada vez que estemos solos nos vamos a devorar a besos mejor que mantengamos distancia, o luego habrán problemas».

—Tú no vas a ninguna parte, bueno sí, me debes una salida —ladeó su cabeza mirándome curioso.
—Deja que termine de desayunar al menos, a penas probé algo.
—Está bien, solo ten cuidado de no ahogarte otra vez —me recordó en burla.
—Te tengo cerca, sabrás que hacer —dije confiada y caminé de regreso al comedor.
—Te atragantaste con un pequeño pedacito de queso, no quiero imaginarme que pasará si otra cosa entra en tu boca.
—Depende de quién sea la cosa —contesté tomando asiento. Logan rodeó la mesa y se sentó frente a mí para observarme comer.

—Eres muy descarada ¿Sabías?

—Necesito desayunar en paz, así que si no te importa, has un poco de silencio —le pedí y me dediqué a las delicias que había preparado doña Gloria...

Logan me llevó a su cabaña. Me contó que fue un regalo de sus padres, quienes viven en una casa campestre de Brooklyn. Los visitaba cada mes. Conversamos de todo un poco, aunque recordar asuntos particulares de mi vida me resultaron una odisea que preferí tachar. Entre nosotros se despertó algo más que una relación guardia/protegida. Confié en él y me sentí cómoda con su presencia. Pensé en todo el royo improvisado en el que me había metido desde que salimos de Boston. Y, cuando estaba con él, olvidaba por largos minutos —a veces hasta horas—, que mi vida había dado un giro de 360°.

—Podemos venir aquí cuántas veces quieras, Thiago es flexible en cuanto a esto —me dijo recorriendo su refugio con la vista.

—Me gusta este lugar, siempre que desees puedes traerme —le dije acariciando su cabello.

Estuvimos por tres horas seguidas tumbados sobre el sofá, hablando de cosas irrelevantes y rozando nuestros labios de vez en cuando, siempre buscamos la manera de no ir más allá de lo debido. Aunque en el fondo ¿A quién queríamos engañar? Ambos moríamos por atravesar esos límites que Thiago le exigió a Logan.

* * *

Dos toques en la puerta que conducía al cuarto de Helen fueron suficientes para que el plan preparado por ambas comenzara. Esperé ansiosa la retirada de mi guardián y cuando eso sucedió abrí la puerta con cautela y comprobé que éste había ido a socorrer a Helen, la cual desplegó gritos de terror fingiendo un ataque de ansiedad. Corrí de forma despavorida, con las piernas temblando y el corazón en la boca. Bajé las escaleras descalza con pasos lijeros hasta llegar a la sala, no había nadie, así que continúe mi camino de regreso a las puertas que no debía abrir. Llegué a un pasillo recto y me escondí tras una pared al ver tres guardias parados frente a una sola puerta, de la que se colaba un sonido estruendoso y musical.
El plan consistió en que yo husmearía en las dichosas puertas, la curiosidad de lo que ocultaban me estaba matando.

La Casona [Pausada]❌🔥Where stories live. Discover now