El reencuentro con el tío Martín

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El tío Martín había conocido a los abuelos hacía muchísimo tiempo ya, por lo que yo sabía que sus palabras venían cargadas de dudas y saturadas de mensajes que no eran del todo comprensibles para mí en ese instante.

No obstante, en mi caso conociéndolo tan bien como de por si lo hago a pesar de los años que teníamos ya distanciados ante todo sabía que en Lombardi sus palabras acarreaban una razón, así mismo como lo incluso supone su presencia en nuestras vidas.

Aunque la verdad pensándolo bien la historia de cómo los abuelos y él se conocieron es un poco parecida a una película de acción, se me hace incluso imposible no contarla tal y como mismo se me dio a conocer por sus personas.

Un día los abuelos se encontraban merodeando a las afueras de la ciudad en su forma animal escondiéndose entre la niebla y la escasa luz que la maña proveía, cuando a lo lejos mientras se desplazaban por el bosque llegaron a observar como una jauría de lobos perseguía a un muchacho humano que con miedo luchaba por su vida.

Aquellos tras ver tan desastroso evento se lanzaron en su ayuda logrando así salvarle, las heridas que habían sido infringidas en su cuerpo eran preocupantes, pero a pesar de ello aquel chico sobrevivió pese a su pésimo pronosticó y desde entonces a pesar de romper los acuerdos la relación entre un humano y lobos se formó.

Sorprendentemente ese fue uno de los últimos casos de avistamiento que se escuchó en Belcier, uno de los últimos casos en los cuales tanto lobos como humanos terminaban sumergidos en el mismo mundo antes de que esta extraña era de paz entre ambas especies surgiera.

Lo que más curioso se me hace de toda aquella situación es pensar que cuando este los conoció ya de por si los abuelos eran algo mayores por lo que no evitó aún hoy el preguntarme qué edad realmente aquellos tenían pues es algo que completamente desconozco.

Martín a diferencia de aquellos para aquel momento solo era un jovenzuelo de apenas algunos quizás treinta años así que escuchar de aquel aquellas palabras provenientes de su persona le daba un nuevo sentido a tal objeto llenándolo aún más de importancia.

Tras escucharle no pude evitar repetir en mi cabeza — ¿Cómo o porqué esto puede afectar mi futuro? — pero simplemente no podía comprenderlo.

Por un buen tiempo las constantes preguntas estuvieron rondando por mi cabeza, por lo mismo al estar rodeada por tantas cuestionantes se me hacía difícil el creer que tal y simple objeto llegara a ser el causante de tal futura variación en mi vida.

— Ahora más que nunca estoy casi convencida de que tú sabes algo, pero no sé qué es lo que te detiene tío Martín, porque simplemente no lo dices.

— Porque aún no es tiempo, solo los acontecimientos me permitirán a fin de cuentas poder expresar qué es lo que guardo, pues más que nada no quiero tener que exponerte a un mal innecesario.

Algo raro sin dudas estaba ocurriendo, algo que en gran medida me producía un mal presentimiento, pero, aunque quisiera averiguar algo más al respecto sabía que por más que insistiera, de la boca de aquel hombre no saldría ni una sola palabra más.

Por un buen rato más ambos estuvimos conversando, rememorando aquellas viejas historias de los momentos con los cuales tanto aquel, la tía Susan su esposa y los abuelos llenaron el resto de mi niñez, hasta que, llegado el momento justo, aquel replicó.

— Bueno Emma lo último que tengo para decir es que el trabajo es tuyo.

— Lo dice enserio.

— Claro que sí, oficialmente eres una empleada más del ''Gran Atlante''.

Con gran emoción me puse de pie abandonando en el acto aquella silla, mientras era impulsada por la explosión de alegría que tomo mi ser y guiada por este mismo sentimiento no dude tampoco en acercarme hasta aquel tras rodea aquel escritorio con velocidad buscando obtener un nuevo abrazo.

Destinos Entrelazados: El Alfa y la Omega (Terminado)Où les histoires vivent. Découvrez maintenant