La vuelta a la realidad

10 2 0
                                    

El olor a jazmín se adentró por mucho en mi olfato, a pesar de que aún no me encuentro despierta puedo especialmente sentirlo como juguetea con algo de intereses cosquilleando la punta de mi nariz.

Ahora bien, pese a que no quiero, me limito brevemente a abrir despacio los ojos buscando en mi desconocimiento descubrir donde estoy, pues de la noche anterior tengo meramente algunos escasos recuerdos, evocaciones que no puedo exclamar a la ligera por el contenido tan impropio que dentro de sus extrañas posee.

Son apenas las siete de la mañana hora que presupongo es tras dirigir mis ojos hacía la ventana desde donde pude llegar a notar la claridad de la mañana que a través de aquellos espacios se podían contemplar.

Al enfocar mi vista me percato no muy bien vuelvo al total presente, que me encuentro por alguna razón medianamente recostada sobre una superficie algo firme, que para nada se asemeja a la suavidad y frescura que una cama proporciona, pues principalmente noto que lo que es, en primer lugar, es algo rígido y sumamente cálido en tanto emite un movimiento algo particular, de arriba hacia abajo movimiento que constantemente permanece repitiendo.

Intentando descubrir de que se trataba aquello, busco incorporarme de a poco procurando con cuidado de no realizar algún movimiento brusco.

Al estar lo suficientemente cómoda elevo mis ojos hacia arriba en dirección a la cabecera de aquella cama y justamente allí tropiezo con su mirada. Dominieck se encontraba plácidamente recostado en aquella misma cama sirviéndome de almohada, observándome como actuaba como cual alcohólica buscando retomar el control de mi cuerpo y de mi vida.

Sus ojos oscuros desde allí me miraban de una manera tal, que fácilmente podía llegar a sentirme desnuda entre sus manos, haciéndome por demás decir experimentar algo de nerviosismo.

Buscando deshacerme del peso que su mirada me provoca intento desviar mi vista hacía el otro lado, vista que busque enfocar más que nada en la pared del fondo frente a nosotros y a la puerta que da rumbo al área de lavado.

Allí contemplándolo me detengo y por un momento pretendo hacer como que nada ha ocurrido mientras de apoco busco separarme del cuerpo de Dominieck al tiempo que intento cubrir con las sabanas mi desnudes, procurando ocultar especialmente mi rostro bañado por la timidez.

— Es enserio Emma, no puedo creer que luego de lo ocurrido durante la madrugada ahora me tengas vergüenza.

— Y que quieres que haga, que salte de la emoción, no sé cómo procesar todo esto.

— Solo quiero no actúes tan fría y como si nada hubiera ocurrido, tú me elegiste por una razón y lo hiciste conscientemente, tú sabías que yo estaba aquí, aunque nunca te habías adentrado a los confines de mi recamara te apareciste totalmente segada por la fuerza en que tu celo despertó, admítelo te gusto, me quieres y te importo y anoche me lo confirmaste cosa que no cambiara ahora mismo, aunque tú lo pretendas negar.

Posible o imposible, a fin de cuentas, era algo esperado, algo con lo que batallaba para que no sucediese, pero simplemente no pude evitarlo y término ocurriendo.

Ante la imposibilidad de responderle a sus palabras me quede en silenció pensando dispuesta a la nada, debatiéndome en si era o no correcto que todo aquello aconteciese, cosa que probablemente al verme algo triste Dominieck reacciono.

De modo que al igual que yo sobre aquella cama se acomodó, un poco más erguido habiendo en su momento dejado los brazos hacía atrás para que le sirviesen de soporte y así poderse quedar casi a mi nivel, en tanto respetando mi imposibilidad para observarle quieto allí se quedó y proclamo.

— Piensa esto Emma, nunca sabrás si puedes llegar o no ser a feliz si no lo intentas y ahora que mis padres no están, nunca podrás sentirte lo suficientemente amada de nuevo si no te arriesgas, por lo pronto no puedo decir que tendremos una vida llena de júbilo, lo que si te puedo prometer es que sacrificare hasta lo que no tengo porque tú nunca, nunca más te sientas sola otra vez.

Destinos Entrelazados: El Alfa y la Omega (Terminado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora