La despedida de la cabaña - VII

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Sëlwer por tercera vez ante nosotros quienes permanecíamos atentos sin ninguna sospecha o presunción de lo que aquel pretendía hacer, nuevamente volvió a aullar, esta vez haciendo énfasis en la continuidad que aquel aullido contenía tras ser prolongado unos cuantos segundos en el tiempo, sin imaginar Emma y yo que aquel detrás acarreaba un momento bastante significativo para los dos.

A medida que el aullido se escuchaba justo al lado izquierdo de aquel lobo aparecieron dos figuras que iban haciéndose visible poco a poco, a medida que aquel aullido iba disminuyendo aquellas figuras clareaban tomando forma y contexto ante nosotros y ya para cuando Sëlwer guardó silencio aquellas se habían hecho completamente notables.

Valla sorpresa nos habíamos llevado Emma y yo, sorpresa que sin dudas contenía todas las letras que le conforman a aquella palabra junto a su esplendor.

Anonadado replique a Emma una vez intentando entender si lo que mis ojos observaban era cierto y no un juego hecho por mi propia mente.

— Dime que estás viendo lo mismo que yo, Emma te lo pido.

— Bueno Dominieck, todo depende de que sea lo que tú estes observando.

— Junto a Sëlwer están mis padres, dime por favor que los ves o acaso me estaré volviendo loco.

— No — dijo aquella mientras su voz se entre cortaba — no te estás volviendo loco, yo también los veo.

Mi madre y mi padre permanecían allí de pie observándonos manteniendo por sobre todo una placida sonrisa en sus labios.

Ante aquella imagen fue imposible para mí no ceder y por ende derramar de mis ojos algunas cuantas lágrimas, lagrimas que intentaba guardar sumamente contenidas dentro de mi pues por sobre todo detesto mostrarme débil ante los demás, cosa que al llorar se me hace difícil no hacer.

Por un momento aquellos nos contemplaron, con pasividad en aquel mismo lugar permanecieron, hasta que llegado el tiempo de marcharse miraron a Sëlwer con gran agradecimiento, loba que también para aquel momento hizo lo mismo y le dedicó a aquella una serena mirada llena completamente de afecto y amor.

Mi madre manteniendo la mirada fija en la misma, dijo con toda dulzura.

— Gracias por permitirnos este momento.

Inmediatamente en aquel instante, aquella dirigió nuevamente su mirada hacia nosotros y musitó con una voz tenue a Emma y a mí quienes podíamos a pesar de la distancia escucharla con perfecta claridad.

— Sé que ambos están sumamente sorprendidos de vernos, Sëlwer solo ha cumplido con uno de nuestros pedidos, digamos que esto es un regalo que ha sido creado para ustedes en la que mi amado y yo podemos otorgar nuestras últimas palabras a los dos seres más importantes de nuestras vidas.

Aerdmond por un momento dirigió sus ojos a mi padre, allí extendió su mano hacia él y la unió junto a la suya y continúo su proclamación.

— Lamentablemente ambos ahora son conscientes de que ya no estamos, pero Sonn y yo sabíamos que, al presenciarnos de esta manera, ustedes obtendrían a sus almas algo de nueva calma luego de conocer tan triste noticia.

Mi madre tras decir aquello guardó silencio y paso de en un primer momento de meramente mirarnos en igualdad a posicionar sus ojos enteramente sobre mí, por lo que fue justamente allí cuando nuestras miradas chocaron por igual que Aerdmond mi madre exclamó.

— Hola mi pequeñín, veo lo mucho que has crecido, no imaginas cuanto me duele no haber podido estar completamente presente en tu vida de una manera en la cual hubieras logrado disfrutar por completo del amor de tus padres como te lo merecías, pero lo hecho, hecho está y lo siento, lo siento tanto.

Destinos Entrelazados: El Alfa y la Omega (Terminado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora