Capítulo 28

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Jonathan no tenía idea que tan lejos había escapado, estuvo corriendo por varios minutos hasta que se detuvo exhausto y sin aliento. Sabía que no era buena idea hacer eso ya que Jack podría estar muy cerca buscándolo, pero sus piernas ya no tenían más fuerzas para seguir.

Intentó calmar su respiración, creía que le daría un ataque en cualquier momento asi que no tardó en tocar su pecho mientras sentía como sus latidos aún eran acelerados. Tuvo miedo cuando su vista empezaba a nublarse, parecía que terminaría desmayandose en un momento como ése, así que trató de seguir de pie apoyándose contra un árbol.

El pobre hombre sabía que no era buena idea entrar en pánico aunque empezaba a darle miedo que podría suceder si seguía tardando en huir, pero su estado de salud no era nada bueno, había pasado por tantas cosas horribles que era un milagro que pudiera estar con vida aún.

Enseguida pudo escuchar a lo lejos un grito, una voz masculina que lo llamaba con desesperación y enojo, era muy obvio de quién se trataba así que trató de seguir caminando con las pocas fuerzas que le sobraba. Pudo hacerlo bien sin ningún problema por unos minutos pero de la nada su cuerpo cayó al suelo.

La caída fue tan rápida que John no lo había notado, parpadeó confundido por unos segundos para luego tratar de sentarse en el suelo. Sus manos empezaron a dolerle y al mirarse pudo notar unos raspones en su piel, John no se había quejado pero se notaba muy claro en su rostro las ganas de llorar.

Quiso ser fuerte, quiso levantarse y seguir caminando para poder salvarse de ése mounstro pero cuando había notado que su cuerpo ya no podía levantarse más sus lágrimas no tardaron en aparecer. Parecía un niño llorando en ese lugar tan silencioso, pidiendo ayuda aunque sabía que nadie iba a escucharlo.

De la nada otra vez escuchó su nombre a lo lejos para darse cuenta enseguida como Jack aparecía a unos metros de él, volver a verlo le hizo entender que ya no tenía escapatoria, aún cuando trató de arrastrarse en el suelo volvió a escuchar sus gritos detrás suyo. Y de la nada su cabello fue sujetado con fuerza para ser golpeado una y otra vez aunque le suplicaba piedad.

Nadie podía escuchar los gritos desgarradores y el llanto del señor Beck, de como era arrastrado de sus piernas para que no pudiera escaparse de la golpiza salvaje que le daba el más jóven.

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Liam había tenido una gran disputa con los oficiales ya que no querían que entrara a ése bosque, había pasado varios minutos desde que esos tres hombres habían ido tras John y ahora otras patrullas empezaban a llegar al lugar.

Era horrible solo mirar y no poder hacer nada, caminaba de un lugar a otro hasta que pudo ver llegar a ambos oficiales que conoció en el hospital. El señor Liam se apresuró  para poder hablarles, esperaba que pudieran ayudarlo para buscar a John pero su respuesta fue igual que los demás.

– No podemos desobedecer las órdenes de nuestro jefe, yo sé que está muy preocupado pero no podemos dejarlo entrar. – Había dicho Daniel mientras su compañero a su lado no decía nada.

– ¡No puedo confiar en la policía, entiende! – Su grito alertó a su esposa mientras los oficiales trataron de calmarlo. – ¡Siempre es lo mismo con ustedes!

– Señor por favor necesito que se calme ahora mismo. – Decía el oficial mientras Nataly se acercaba a ellos para poder tranquilizar a su esposo.

– ¡¿Que me calme?! ¡¿Eso es lo único que pueden decir?! – Liam pudo sentir como su esposa sostenía su brazo para tratar de calmarlo pero de todas formas siguió hablando. – ¡¿Cómo puede ser que hayan olvidado la desaparición de John?!, ¡Jamás lo buscaron por éste sitio, nunca preguntaron a las personas que viven por aquí!

The Rape of Jonathan BeckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora