Capítulo 6

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Jonathan jamás pensó que estar en un juzgado iba a ser la peor experiencia de su vida, todo era horrible y agotador.

No le gustaba la idea de tener a varias personas ahí para que vieran sus fotos y sepan lo sucedido pero no podía hacer nada, tenía que admitir que era humillante.

Su abogado lo defendía, dando detalles de lo ocurrido y sacando las evidencias de ésa noche pero el hombre contratado por Leonard también había hablado.

Decía cosas absurdas como que en realidad la verdadera víctima era el joven Jack, que el señor Beck les mentía para poder librarse de lo que supuestamente le había hecho al muchacho.

Explicando cómo fue la verdadera versión de lo sucedido, que los amigos si habían bebido ésa noche y que al estar alcoholizado el señor Beck empezaba a molestar al joven.

Obligándolo a tener relaciones sexuales tras amenazas aunque no llegaron tan lejos, por ésa misma razón el cuerpo del señor Jonathan no tenía rastros de esperma en su cuerpo y que las heridas habían sido hechos por él mismo.
Diciéndole a todos ahí presentes que le pedía al joven Jack que lo hiciera de manera ruda porque a él le gustaba de ésa manera.

Las cosas que decía ése abogado sólo enfureció al señor Beck logrando hacerlo gritar furioso hacia el hombre que antes era su amigo.
No podía tolerar que se dijera más mentiras, pero su abogado pudo calmarlo para poder seguir.

Jonathan sabía que ése joven merecía ir a la cárcel por lo que le hizo, prácticamente le arruinó la vida.

Ya no era el mismo y él lo sabía perfectamente.

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Las horas pasaban y lo hicieron sentarse frente a todos a responder las preguntas de los abogados, terminó siendo una tortura.
El abogado de Leonard sólo lo hacia enojar preguntándole estupideces que no eran ciertas.

Luego habló Jack frente a todos y no podía creer las porquerias que salían de su boca.

Sólo intentó calmarse, apretó sus puños y cerró la boca antes de gritar otra vez hacia ésos dos.

Después de tantas horas encerrados les pidieron a todos salir hasta esperar la decisión del veredicto, Jonathan estaba muy preocupado, ya no sabía que hacer.

No podía creer como ése joven se le reía en la cara y nadie hacia nada, ni siquiera su amigo.

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Al terminar la hora todos volvieron a entrar a ése cuarto y tomaron asientos, el silencio invadió otra ves el lugar hasta que la voz del juez los hizo prestar atención.

Pero lo que los oídos de Jonathan escuchaban en ése momento lo dejó en blanco.

– Después de conocer las evidencias y declaraciones de la victima y el acusado, declaramos al acusado Jack Everett inocente.

– ¿Qué...? – John aún no creía lo que escuchaba mientras varios empezaban a murmurar cosas.

– Por señor Beck, tranquilicese.

– ¡Pero ésto no puede quedar así...! – Terminó por gritar teniendo la atención de todos.

– Por favor silencio en la sala señor Beck. – Habló el juez mientras golpeaba el pequeño martillo para tener la atención de todos los presentes.

– ¡¿Ésto es una broma?!

– ¡Suficiente señor!

– ¡¿Por qué lo dejan libre?!, ¡¿Qué diablos le sucede?!

– De acuerdo ya es suficiente, saquen al señor Beck de aquí. – El juez dió aviso a unos polícias para que lo sacaran del lugar, tratandolo como un loco.

– ¡¡No pueden hacerme ésto!!

– ¡Señor Beck, por favor cálmense! – Su abogado también trató de calmarlo pero no lo escuchaba.

Era todo un espectáculo para los demás, las personas sólo miraban como se llevaban a la supuesta víctima fuera del cuarto mientras Leonard desvío la mirada e intentaba calmarse por la reacción de su amigo.

Pero lo que no se daba cuenta era que su querido hijo estaba muy feliz por todo lo que pasó, mostrando una sonrisa al ver la reacción de John.

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Tras estar ya calmado Jonathan intentaba beber un poco de agua que le habían ofrecido, su abogado lo había dejado un momento solo mientras tenía que hablar con alguien.

Su respiración apenas se calmaba, tenía ganas de gritar o escapar, realmente se sentía fatal.

– Ésto no puede estar pasando...– Cubrió sus ojos al suspirar agotado pero el ruido de una puerta abrirse llamó su atención.

Al mirar se dió cuenta que era su abogado pero no tenía buena cara, sabía que no traía buenas noticias para él.

– ¿Qué sucedió?

– Mire señor Beck, primero necesito que se calme, ¿Está bien?

– Solo dime qué pasó. – Su rostro cansado fué lo que preocupó al hombre de traje, no era fácil decirlo.

– No se puede hacer nada más, lo lamento.

– ¿De qué habla, qué fué lo que dijeron?

– El Joven Everett lo acusó de haber sido molestado en varias ocasiones por usted, pero me dicen que no lo denunciarán si tan solo...–

John no quiso escuchar más, se levantó rápido de su asiento para buscar a Leonard, al darse cuenta que ya estaban a punto de irse no tardó en gritar su nombre.

– ¡Leonard! – Quiso alcanzarlo y hacer que lo mire a la cara, pero uno de los hombres a su alrededor se lo impidió.

– Señor, necesito que se retire ahora mismo.

– ¡¡Leonard por favor!!, ¡¿Por qué haces ésto...?!

– ¡...Señor!. – El abogado del señor Beck no tardó en aparecer para poder llevárselo de ahí, varias personas no dejaban de observar todo lo que sucedía. – ¡Señor Beck, por favor cálmese!

– ¡¡No me hagas ésto Leonard!! – Mientras era sujetado por su abogado pudo notar como su amigo lo observó por unos segundos, llevándose a su hijo como si nada hubiera pasado.

No podía creer que se irían a su casa como si nada después de la mierda que había ocurrido entre ellos dos, John no entendía por qué le daba la espalda en un momento así.

– ¡¡Por favor...!! – Lo único que pudo hacer era caer al suelo rendido mientras empezaba a llorar desconsoladamente.

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Terminé de editar bien éste capítulo, ahora sí...a continuarlo.
Nos vemos.

The Rape of Jonathan BeckWhere stories live. Discover now