❛𝐅𝐈𝐍𝐄𝐋𝐈𝐍𝐄❜ ᵃⁿ ᵃᵉᵐᵒⁿᵈ ᵗᵃʳᵍᵃʳʸᵉⁿ ᶠᵃⁿᶠⁱᶜ✓

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capítulo 6

PASARON DÍAS HASTA QUE SU MADRE DECIDIÓ dirigirle la palabra de nuevo, realmente se había ofendido por la forma que había actuado el día de la pelea y él, aunque no entendía bien por qué pues no había visto un cambio de trato de una mujer a otra, le pidió disculpas. Luego de hablar con su hermana descubrió que lo que realmente sentía la reina eran celos, no solamente por el malentendido con Valyria y Aemond la mañana siguiente de la boda, sino que también por Aegon y Helaena ya que ambas muchachas no se llevaban mal, pero creía exagerada la forma de actuar de su madre ante eso. Sabía que en su juventud había tenido problemas, no solo con Daemon sino también con Rhaenyra y el hecho de que ambos la hayan criado le significaba un problema también, creía fuertemente que la habían mandado para molestarla y no estaba dispuesta a dejar que eso hiciera.

A raíz de eso, la reina ordenó comer exclusivamente con sus hijos y su padre, dejando fuera a la princesa de todos los almuerzos, meriendas y cenas, teniendo que comer por su cuenta en su habitación. Este aislamiento funcionó, en parte, porque él no la volvió a ver ni cruzar tan seguido, además ya no debía seguirla como su madre le había indicado en un principio así que solamente seguía con su vida mientras Valyria hacía quién sabe qué. Varios guardias afirmaban verla caminar por los pasillos cuál fantasma mirando los tapices y pinturas, otros le dijeron al principe que hablaba mucho con ellos y entrenaba todo el tiempo que la luz del sol le permitiera. Cuando no hacía ninguna de las dos cosas, se acostaba en la hierba y miraba al cielo o visitaba a su dragona. Todo en completo silencio.

Aemond comenzó a tener demasiada curiosidad por lo que la princesa hacía en su tiempo libre, más ahora que no habían hablado desde el día que había peleado con su madre aunque si lo pensaba bien nunca habían hablado como personas normales solamente se habían gritado y deseado la muerte. Intentó sacar la imágen de la morena de su cabeza cada vez que en su habitación se preguntaba qué estaba haciendo pero le era imposible, sentía que si no sabía que pasaba no tenía el control, y odiaba no tener el control.

Se levantó de golpe y salió de la habitación como si sus piernas tuvieran vida propia, luego tocó la puerta de Valyria pero nadie contestó. Agarró sus cosas y marchó hacía los lugares donde solía frecuentar pero no fué hasta que llegó con la guardia real que supo dónde debía dirigirse.

—¿La princesa Valyria? —dijo confundido uno por la pregunta del príncipe que hasta ese momento creyó que la odiaba a muerte—. Salió a la ciudad.

—¿Sola?

—Pues sí...

Aemond le gritó a los guardias diciéndoles que eran unos estúpidos, que Valyria era de la familia real y debía estar acompañada siempre por algún guardia. Él no escuchó cuando estos intentaron explicarle que ella siempre había negado tener uno y que tampoco había pedido acompañamiento, solamente salió lo más rápido que pudo y se adentró a la ciudad.

Conocía a la gente de King's landing, sabía del peligro, el tráfico y la violencia que rondaba por las calles, no entendía como habían dejado que andara sola por allí.

Preguntó a la gente si la habían visto y lo fueron guiando cada vez más dentro de la ciudad. Pasaron las horas, estaba oscureciendo y había comenzado a preocuparse, cada vez recibía menos información y la gente se alejaba de él con disgusto a pesar de estar usando su capa que tapaba su rostro y su cabello.

Finalmente llegó a una persona que no le dijo nada pero le señaló a una persona que estaba jugando con un niño rubio platinado y ojos violáceos, no podía ver quién era porque también usaba una capa como él pero notó por sus delicados dedos que acariciaban al niño que era ella.