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capítulo 8

ENVIÓ UNA CARTA EN UN CUERVO A DRAGONSTONE, esperaba que llegara a tiempo para informarle a su familia el verdadero estado del rey, se aseguró de escribir en alto valyrio en caso de que alguien que hablara solamente la lengua común no entendiera lo que decía y también decidió no firmarla. Luego envió otra avisando que se quedaría hasta que ellos volvieran, está vez sí firmada. Soltó el último cuervo y lo observó volar mientras se apoyaba en la fría piedra de la ventana de la torre.

Extrañaba a su familia más que nada, a sus hermanas especialmente y a su padre con quién nunca se había separado por tanto tiempo, pero la decisión de quedarse ya estaba tomada.

—¿Enviando mensajes, princesa? —la voz de un hombre a su espalda llamó su atención, se dió vuelta encontrando a Larys Strong de Harrenhal con su bastón en la puerta de la torre—. Temo que aún no nos hemos presentado, Sir Larys Strong.

Se acomodó pasando las manos por su ropa y saludó al hombre, quién sonrió de una manera que le pareció incluso desagradable.

—Un gusto.

—Es muy difícil encontrarla, princesa —comentó él.

—Disfruto la soledad —respondió sin importancia.

—También la compañía del príncipe Aemond.

Ella no se molestó en mirarlo, aquel hombre le parecía un tanto extraño y de no fiar. Lo había visto en el funeral de su madre y se comentaba que también había perdido a su padre y hermano el mismo día pero había preferido ir al velorio de una mujer que no conocía en vez de su familia. Su abuela le había dicho a su abuelo que eso era demasiado obvio de su parte, en ese momento no había entendido que significaba esa frase pero ahora que lo veía detrás de la reina como un perro faldero lo entendía.

—Todo lo contrario diría yo —ella acomodó su cabello sacándolo de su rostro—, por suerte ya no me lo cruzo tanto como antes, desde que la reina le dijo que dejara de espiarme me siento más tranquila y a gusto.

Valyria pasó por su lado para dirigirse hacía la puerta de la torre de los cuervos, no tenía ganas de seguir hablando con Larys pero él tenía en mente todo lo contrario. Bajó junto a ella por las escaleras y tuvo que esperarlo por cortesía, no le agradaba ir lento pero debía hacerlo, de todas maneras eran solo unos pocos escalones. Detrás de ellos, los acompañaba Sir Arryk, quien ahora no se apartaba de su lado por órdenes del comandante y sugerencia de Aemond. Al principio le resultó muy molesto tener a alguien detrás suyo todo el tiempo pero era un hombre simpático y a pesar de haber tenido un pequeño desliz en el pasado ahora eran buenos amigos.

—Nunca terminé de entender bien su rivalidad con el principe —comentó Larys llegando al final de la escalera.

—Oh, con gusto se la explicaré. Él siempre envidió que yo tenga ambos ojos —respondió tomándole el pelo.

Sir Arryk rió y ella lo miró para sonreírle.

—No creo que se apropiado hablar así de el hijo del rey.

—Pero él no está aquí, ¿verdad? —se dió vuelta para mirar a Lord Strong pero a los segundos que pisó el último escalón sintió una presencia detrás suyo. Aegon y Aemond estaban mirándola, ella les sonrió maliciosa.— Aemond, justo estábamos hablando de tí. Larys me contaba que tienen tu ojo guardado en un frasco de vidrio ¿Puedo verlo?

 ❛𝐅𝐈𝐍𝐄𝐋𝐈𝐍𝐄❜ ᵃⁿ ᵃᵉᵐᵒⁿᵈ ᵗᵃʳᵍᵃʳʸᵉⁿ ᶠᵃⁿᶠⁱᶜ✓Where stories live. Discover now