❛𝐅𝐈𝐍𝐄𝐋𝐈𝐍𝐄❜ ᵃⁿ ᵃᵉᵐᵒⁿᵈ ᵗᵃʳᵍᵃʳʸᵉⁿ ᶠᵃⁿᶠⁱᶜ✓

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capítulo 14

VOLVÍA A MITAD DE LA NOCHE SOLA A SU HABITACIÓN, había pasado horas hablando con Jacaerys y Lucerys que no se habían dado cuenta de que ya eran las cuatro de la madrugada, sus hermanas se habían ido horas antes a dormir pero ellos habían decidido quedarse. Arryk estaba en su descanso y le tocaba volver sin compañía en el oscuro y lúgubre castillo, llevaba una lámpara en su mano y había antorchas colgadas en las paredes pero aún así le parecían ver sombras siguiéndola, la lluvia no ayudaba en nada y hacia el ambiente aún más aterrador.

Llegó finalmente a su habitación pero una voz detrás suyo la hizo estremecer y casi dar un infarto.

—¿Dónde has estado?

Se dió vuelta de un salto para encontrar a Aemond en la puerta de su habitación con ropa ligera.

—Mierda, Aemond, casi sacas mi alma de mi cuerpo. Avisa la próxima.

—No contestaste mi pregunta —se acercó y pasó su mano por su mejilla y luego por su cabello, oliendo su cuello y ropa—. ¿Dónde has estado?

Ella lo empujó sorprendida.

—Estaba con Jace y Luke en su habitación, estábamos hablando y se nos pasó la hora —le explicó.

—¿Por qué?

—¿Porqué quería estar con ellos? ¿Que te sucede? ¿Estás celoso? —se burló.

—Los celos son para gente insegura con miedo a que los reemplacen por alguien mejor, no hay nadie mejor que yo.

—Como digas —levantó los hombros y se dirigió a su habitación bostezando—. Iré a dormir si no te molesta, mañana es un largo día y estoy cansada.

Aemond corrió para tomar su mano y tirarla sobre él así besarla mientras la llevaba hacia su habitación y cerrar la puerta detrás de ella.

—Aemond- es tarde- y- mi familia- está aquí... no puedo quedarme la noche.

—Vamos~ es de madrugada ¿quién te buscará ahora? Además casi no nos cruzamos hoy.

—Mmm... está bien pero no me quedaré a dormir.

—Tocan la puerta —anunció Aemond medio dormido.

Valyria levantó la cabeza de golpe y escuchó los toques una vez más, ya los conocía perfectamente. Intentó zafarse del agarre de Aemond pero aún dormido era muy fuerte.

—Debes abrir o tirará la puerta —dijo ella logrando salir de sus brazos y corriendo a ponerse su ropa.

—¿Mi madre? Se cansará cuando se vaya... —respondió mezclando las palabras y sin prestarle mucha atención.

—No es tu madre —tomó el rostro de Aemond y lo obligó a verla—, estoy segura que es mi padre.

—¿Que haría Daemon aquí? —al momento que pronunció su nombre pareció despertarse completamente—. Mierda, ¿Que carajo hace aquí?

Se levantó y se vistió mientras ella buscaba un escondite, pensó en meterse debajo de su cama o dentro de un armario pero eran lugares que fácilmente Daemon podría buscar y encontrarla. Aemond tomó su mano y corrió un tapiz que se encontraba medio tapado por el armario, detrás había una puerta que pasaba bien desapercibida porque era del mismo color que la piedra y la hizo entrar.

Allí había escaleras que subían y bajaban entre un pasillo muy delgado, deseaba saber hasta dónde llegaba y a qué lugares podía ir sin que nadie lo supiera.

Aemond, del otro lado, se puso el parche y caminó hacia la puerta, respiró hondo antes de abrirla esperando no verse sospechoso. Efectivamente, su tío Daemon se encontraba del otro lado.