Día 18: Labial

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Pareja: Ginny Weasley x Pansy Parkinson

Sassy Pansy. Ginny adora demasiado a su Slytherin.

Después de haber terminado su práctica como jugadora de las Arpías de Holyhead, Ginny prefirió ir a su apartamento a tomar una merecida ducha y cambiarse para ir al almuerzo semanal en la Madriguera.

Molly, después de semanas y semanas de persuasión, aceptó que Ginny pudiera mudarse, pero la chica dudaba que su madre le perdonara faltar al almuerzo una vez más. Las únicas dos veces por las cuales había faltado habían sido por Pansy y su insistencia en pasar unos minutos más juntas. Minutos que se convirtieron en horas, como era de esperarse.

Cuando Ginny estaba lista para tomar la Red Flu, unos brazos alrededor de su cintura la detuvieron y sintió un cosquilleo como huella del beso que recibió en el cuello.

—¿Tienes que ir?

Pansy se aferró a su cuerpo y Ginny dejó que Pansy continuara dejando pequeños besos a lo largo de su cuello, llegando casi a la mandíbula.

—Eres libre de acompañarme —bromeó la pelirroja.

—Gracias, pero creo que regresaré a la editorial —Pansy soltó a Ginny, la cual se giró para ver a su novia a los ojos—. Solo Salazar sabe que cotilleo se trae Lavender sobre el modelo de la edición pasada.

Ginny giró los ojos. Si, reconocía que Pansy amaba su trabajo en Corazón de Bruja y, aún más, lo que Lavender, su compañera, tuviera que contarle... Sin embargo, la negativa de Pansy era por tener que estar bajo las miraditas de Molly Weasley. Draco no había ayudado cuando contó que, la primera vez que decidió ir a la Madriguera con Harry, Molly primero lo miró de reojo toda la cena hasta que lo apartó del resto y le hizo un recuento rápido de todo lo que podría pasar si lastimaba a Harry; después de eso, Molly atiborró a Draco con comida y postres.

—Adelante, serpiente escurridiza, ve por esa primicia.

Pansy sonrió astutamente y Ginny tuvo una leve sospecha de que la pelinegra no tuvo esa reacción solo por imaginar lo que Lavender pudiera contarle. Sin pensar más en eso, Ginny le dio un beso rápido a Pansy, tomó los polvos flu y entró a la chimenea.

Lo primero que Ginny notó al estar en casa fue que Draco y Harry estaban en la sala. Los saludó con un beso en la mejilla y se retiró para buscar a su madre. Lo extraño del encuentro fue que Harry estuvo aguantando la risa y Draco le sonrió como solo un Slytherin sabe hacerlo.

Encogiéndose de hombros, Ginny continuó su camino a la cocina hasta que Ron se atravesó en su camino.

—Eh, mira, que te han marcado —señaló Ron con burla.

Ginny frunció el ceño y, cuando escuchó a Ron llamando a los gemelos para que vieran que le pasó a su hermanita, corrió a buscar el espejo más cercano.

Al notar las manchas de labial a lo largo de su cuello, Ginny comprendió la sonrisa de Pansy y lo fácil que fue convencerla de que no podían pasar el tiempo juntas.

Con una sonrisa en el rostro, delineó las manchas y comenzó a pensar en cómo Pansy las pagaría tarde o temprano. 

FLUFFYTOBER | Harry Potter fandomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora