Capitulo 3. Miedo a las represalias.

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Mientras la antigua luna juguetea con la bebé, el gran alfa la observa atentamente. Puede ver los delgados dedos de su madre pincharle las mejillas a la bebé mientras hace expresiones tranquilas y trata de disimular su tristeza.

Emilia está haciendo hasta lo imposible por mantenerse con vida, desea tener una larga vida junto a sus hijos, poder ver, crecer a Michelle, verla, dar sus primeros pasitos, escucharla hablar, verla en su primer día de preescolar. Quiere hacer tanto, pero ni siquiera sabe si sobrevivirá treinta días más.

Y fuera de sentirse feliz al tener un ambiente tan tranquilo, Scott siente que su cabeza se llena de más y más mártires que no lo dejarán dormir por la noche.

Scott tiene que hacer, lo que sea necesario, para mantener a su madre con vida. Lo, que, sea…

—Hijo, ¿Serías tan amable de atarme el cabello? —El azabache fue sacado de sus más tormentosos pensamientos. Brinco ligeramente en su lugar y observo a su madre confundido. La mujer no se molestó al no ser escuchada y repito —¿Podrías ayudarme a atarme el cabello?

Scott sonrió ligeramente nervioso, y le dio un pequeño beso a su madre en la sien.

—Dame un segundo ¿Si?

—Está bien… —La mujer vio como su hijo se alejaba, así que se concentró en su hija, la brazo muy lindo y la pego a su rostro con amor.

Por otro lado, el joven alfa, mientras daba la vuelta, se mostró muy enojado, soltando un gruñido por lo bajo, diciendo en voz alta:

—¿Quién es el médico a cargo? —Uno de los hombres en la habitación levanto la mano y Scott se dirigió solo a él y bajo la voz para que su madre no lo escuchará. —Quítenle todos esos tubos ahora mismo. Solo déjenle el tanque de oxígeno, será solo una hora en lo que desayunamos en la terraza. Pídale a las enfermeras que la ayuden a alistarse como es debido. —Hizo una pausa —No olvide que está tratando con una luna y princesa. No quiero volver a verla en un estado tan lamentable. ¿Entendido?

—Si señor —Hablo avergonzado el hombre agachando la cabeza y alejándose de la zona de peligro; El alfa.

Luego, sin tomarle importancia a lo que ha sucedido, el joven alfa se dio la vuelta para acercarse a su madre con amabilidad.

—Madre, te ayudarán a vestirte para salir a la terraza ¿Te parece? —La mujer no se negó y le entrego a la bebé a su hijo mientras varios médicos le retiraban las intravenosas. —Escogeré algo adecuado para ti.

Sin pensarlo demasiado, Scott se adentró en el gran armario en la habitación de su madre y comenzó a pensar cuál sería un vestido lindo para ella.

Realmente no tiene mucha experiencia conforme a la moda. Él siempre viste de negro, así que para él, ver dos pisos de armario llenos de vestidos en todos los colores habidos y por haber fue algo impactante.

La primera pregunta que corrió por su mente fue; "¿Cómo voy a salir de esta?".

Hay tantos y tantos vestidos que parece Boutique. Y no es de extrañarse, Emilia siempre ha adorado los vestidos, y Farkas, su difunto esposo, lo sabía muy bien, y solía llegar muy seguido con vestidos de diseñador de alta costura.

Vestidos sencillos y elegantes que siempre la hacían lucir espectacular.

Farkas solo tenía un buen sentido de moda cuando se trataba de su esposa. Sabía qué color le quedaba a la perfección, cuál combinaba con su cabello castaño claro y sus ojos azules; cristalinos como el agua limpia. Era como si solo tuviese ojos para embellecer a su esposa.

—Bien veamos…

Sin saber qué hacer, observo a su pequeña hermanita, la observo bien y a su conjunto de ropa y colores y pensó que quizá ayudarlas a hacer juego de vestidos no era una mala idea.

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