Punto De Quiebre

Capitulo 12. El Karma es una perra.

"Suéltenlo..."

Aquellas palabras parecen ser lo único que recae en su mente nublada por la falta de aire.

Su garganta parece haber sido perforada, no está seguro en realidad, pero el modo en el que siente un dolor tan terrible en el cuello y la falta de aire, le hacen suponer que el panorama no es nada bueno.

Cada vez que abre los ojos, puede ver a varios de sus compañeros de equipo moverse con rapidez tratando de ayudarlo. Se les ve verdaderamente nerviosos, como nunca antes en la vida.

"Quédese, señor, no cierre los ojos"

"¡Jefe, resista!"

"Señor, no cierre los ojos, abra los ojos, abra los ojos"

Pero no puede responder a ninguna de las súplicas, solo los puede ver gritar mientras sus manos se llenan de sangre. Puede verlo todo en una especie de cámara lenta y borrosa, ¿O, acaso, será que sus sentidos están dañados y no puede percibir correctamente el tiempo? Bueno, no lo sabe, solo sabe que todo gira y le da vueltas, como si estuviese malditamente ebrio. Ni siquiera estando ebrio sé sintió así de mal.

Ese nivel de mareo es irreal, tanta es su sensación de aturdimiento y atolondramiento que la pérdida de la coordinación fue inevitable. En este momento, la confusión es fatal, arriba es abajo, abajo es oscuro y la falta de aire es sangre. ¿Entendieron? ¿No? Claro, esa es la idea. Esa es la sensación. Es una sensación de mierda.

Es algo difícil de sobrellevar, incómodo a puntos irreales, pues es la primera vez en su vida que ha sido herido de tal modo que siente que morirá. Literalmente.

-¡Ah... Gah! -Trata de jalar aire, pero es más difícil de lo que recordaba, de hecho, es imposible jalar aire, el aire no cruza por su garganta, es como si hubiese un tapón obstruyendo el aire y la sensación de sentirse ahogado comienza a hacerse presente con más fuerza.

Debido a que ya no puede tragar aire, aquel oxígeno aprisionado en sus pulmones busca desesperadamente escapar. Sus pulmones comienzan a picar y a arder y la tos acompañada de sangre es inevitable.

El general Ryabinsky sabe que ya no resistirá por mucho más.

Su tiempo récord practicando apnea bajo el agua es de dos minutos cuarenta y ocho segundos. Pero bajo las circunstancias, que dure un minuto vivo, ya sería un milagro, así que su equipo se mueve rápido. Corren por el equipo médico de uno de los Hunvee solo para practicar primeros auxilios sellando la herida con grapas quirúrgicas, y mientras tratan de cruzar una manguera por su destrozada garganta, el general se percata de algo.

Puede verlo, mientras inmovilizan su cabeza y la empujan hacia atrás tratando de alinear su garganta. Puede ver aquello que buscaba evitar con todo su poder autoritario.

Puede verlo y no puede hacer nada más que ver...

Su boca ha sido abierta por la fuerza con la intención de meter una manguera y su voz fue silenciada por aquella misma manguera.

No puede mover sus brazos, incluso si sabe que no podría hablar y que quizá moriría, desea arrancarse la manguera de la boca para ordenar a gritos que se detengan.

Lo que sucede y lo que sus ojos apenas y alcanzan a ver, es algo que no puede soportar.

Lo están mutilando...

-¡Mmmm! -Como si sus compañeros pudiesen entender un quejido desgarrador, trato de gritar, quiso ordenar que lo ayudarán, quiso ordenar con la voz de alfa que todos se detuvieran, que lo dejaran en paz, que alejaran sus sucias garras de aquel joven debilitado que no ha hecho nada malo, pero no pudo hacer nada, solo observar...