Punto De Quiebre

Capitulo 52. No se les dará la opción de elegir.

—Me aseguraré de no matarte ahora, y dejaré que veas en persona las atrocidades que le haremos a tu noviecito Raxton. Verás impotente como dejaré que todo el maldito ejercicio lo utilice a su antojo —Las amenazas se hicieron más y más horrendas, casi al grado de ser inhumanas. Podías verlo en sus ojos; no estaba mintiendo.

No amenaza en vano…

Arrastrado por el sentimiento de impotencia que le causa saber que amenaza tan a la ligera, no lo pensó dos veces; desenfundo su arma y le disparó en la rodilla derecha.

[Bang]

—¡Ahh! ¡Gahh! —Grito presa del dolor. Un dolor que hamas en su vida ha experimentado. —¡AHH!

Por un instante se mostró shokeado, incrédulo, jamás imaginó que Andrey le dispararía, pensó que lo más que haria sería; ponerle un arma en la cabeza y amenazarlo de muerte, pero no, Andrey si le disparó.

—¡Ugh! Ah… ¡Bastardo, lo pagarás caro!

Cómo lo que es; un despreciable animal; se revolcó en el suelo, adolorido, en llanto, creyendo que removiéndose como sanguijuela, el dolor se desvanecería.
Pero no, qué equivocado está…
El hueso de la rodilla ha reventado, la bala ha entrado y hecho un desastre en el hueso cartílago y músculo. Ha roto, destruido y dejado tejidos irreparables.

Sera un milagro si vuelve a caminar.
Y, por supuesto, Andrey no se detuvo ahí, no, claro que no, quiere verlo sufriendo lentamente. No lo dejará morir, pero si extenderá su sufrimiento todo lo posible…

—¡Voy a hacer que te-

—No puedes hacer nada.

Se le acercó y más enojado que aturdido, levanto el pie y con una fuerza del demonio aplastó la pierna rota de Konrad, dejándole caer gran parte de su peso, haciéndola crujir y tronar.

—¡AHHH! —Para Konrad, fue increíblemente doloroso a un punto en el que la conciencia amenazó con abandonarlo… Pero a Andrey sigue sin causarle ni una pizca de remordimiento. Para él, hacer tal daño, fue tan normal y natural como respirar, o comer, o dormir. Nada especial.

—Tus amenazas son solo eso; amenazas. Sigues estando en mis manos, a mi merced, y mientras lo estés, tendrás un destino igual o peor que el que solo sueñas.

Dejándolo ahí, como un animal herido e indefenso del que no hay que siquiera preocuparse, lo abandonó y puso como su prioridad a Ryder; quien yace en el suelo temblando involuntariamente de la excitación y el placer que amenazan con arrebatarle la cordura.

La feromona fue lo suficientemente fuerte como para derribarlo, pero su fortaleza mental fue aún más fuerte y logro contenerse y no volverse una bestia lujuriosa. Hizo un excelente trabajo, de eso no cabe duda.

—Vamos, tienes que ponerte de pie y cubrir un flanco —Dijo Andrey, intentando hacerlo ponerse de pie, fallando al instante. A Ryder no le reaccionan las piernas, no se va a poder levantar ni en sueños.

—Lo siento jefe, no puedo moverme… Déjeme aquí y llévese a Bravo. Dígale que no podré cumplir mi promesa de regresar con ellos, yo-

—Cierra la maldita boca que no te vas a quedar aquí. —Molesto, sintiendo que el escenario se repite, ahora tomando como protagonistas a todos sus subordinados, decidió que no lo dejaría ahí, jamás. Ese no es su código de honor. —Escúchame bien, te cargaré sobre mi espalda y te llevaré con bravo, quiero que te sostengas bien.

—Entendido —Jadeando, adolorido, pero con inmensas ganas de no rendirse, se sentó sobre sus piernas y cuando Andrey se agachó hasta su altura dándole la espalda, trepó y se aferró con todas sus fuerzas.