An Inherited Power |Teen Wolf | [REESCRIBIENDO]

02|𝐋𝐚 𝐍𝐮𝐞𝐯𝐚.

Desperté en la mañana con poca energía y algo de insomnio después de una noche de sueño agitado. Aunque estaba tentada a quedarme en la cama,me alegré al ver que mi moto y la de mi hermano estaban ya en la nueva casa.Era un alivio saber que no tendría que caminar, me levanté y organicé mi habitación antes de dirigirme al baño. Mientras me preparaba para ducharme, noté que al quitar las vendas que cubrían,mis mordeduras habían desaparecido. Me sorprendí y me froté los ojos para asegurarme de que no estaba imaginando las cosas, pero la realidad era que ya no estaban. Decidí dejar de pensar en ello para no llegar tarde a mi primer día.

Bajé y encontré a mi mamá preparándome el desayuno. Mientras comía, no podía dejar de darle vueltas a lo que me había sucedido.

—¡Cariño, come antes de que llegues tarde! —exclamó mi madre apresuradamente mientras recogía sus cosas antes de irse.

—Sí, sí, Mama ya  casi  termino —respondí mientras me levantaba de la silla, apurándome para no perder más tiempo.

—¡Oye, mamá¿Sabes dónde están las llaves de mi moto? —pregunté mientras me asomaba.

—¡Aquí están, pequeña! —respondió mi madre, mostrándome las llaves con una sonrisa.

—Gracias, mamá . ¡Nos vemos luego! —dije emocionada mientras salía de la casa, lista para enfrentar el día.

Me dirigí al garaje donde estaba mi moto y, consciente de que ya iba tarde, me puse el casco y la encendí. Durante el trayecto hacia la escuela, mis pensamientos seguían enredados en lo sucedido. Era la primera vez que iba a la escuela sin mi hermano gemelo.

Cuando llegué, Al parecer llame bastante la atención,ya que todos me miraban mientras me quitaba el casco. Dos chicos se acercaron a saludarme.

—¡Hola! —intervino enérgicamente un chico con una melena castaña oscura—. ¡Soy Scott, y él es Stiles! ¿Eres nueva por aquí? ¡Jamás te había visto antes!

—¡Hey! ¡Mucho gusto! —respondí—. Soy Alessandra, pero pueden llamarme Less.

—¡Un placer conocerte, Less! —exclamaron ambos chicos al mismo tiempo, irradiando simpatía.

—El placer es mío. Por cierto, ¿saben dónde queda esto? —pregunté, entregándoles la nota con el número del aula que me había dejado mi mamá.

—¡Vaya coincidencia! ¡Estamos en la misma clase! —comentó Scott, con una sorpresa genuina en su voz.

—¿En serio? —suspiré aliviada, sintiendo que la situación se volvía algo más amigable.

—¡Apresurémonos, no tenemos mucho tiempo! —exclamó Stiles, mirando ansiosamente su teléfono.

Scott y Stiles intercambiaron una mirada llena de complicidad antes de fijar sus ojos en mí, y sin dudarlo un instante, comenzamos a correr a toda velocidad para poder entrar a tiempo a la clase que ya había comenzado. Al ingresar, el maestro nos observó durante unos segundos, creando un suspenso incómodo, pero finalmente nos permitió pasar. Estaba a punto de sentarme en un asiento vacío cuando el maestro me detuvo en seco, deteniendo todo mi impulso.

Las palabras del maestro retumbaron en mis oídos, cortando el silencio con autoridad. Su voz resonó como un trueno, capturando la atención de todos en el salón. Con paso decidido, avancé hacia el frente, sintiendo los ojos de mis compañeros clavados en mí, como si fueran rayos láser disparando cada parte  de mi ser.

—Señorita,¿ Lacobus a donde se dirige?—Menciono este maestro.

—Mi nombre es Alessandra Isabelle Lacobus y tengo 17 años.—Hablé ya que no quiera hablar mucho sobre mi.

—Ya puede volver a su asiento señorita Lacobus —comentó el maestro para continuar con las clases.

Las clases transcurrieron como un eterna tortura,aburridas y predecibles como siempre. Finalmente llegó el anhelado y esperado descanso, y me encontré perdida, no sabía a donde ir,ya que no conocía mucho de la escuela.

Fue entonces cuando,como si el universo conspirara a mi favor,vi a lo lejos a Stiles y Scott acercándose a mí con una chispa de intriga en sus ojos.Me invitaron a unirme a ellos y a un grupo de amigos en la biblioteca. Sin pensarlo dos veces, acepté su oferta.

Los seguí en silencio, una sombra silenciosa envuelta en sus conversaciones aleatorias que parecían provenir de otro mundo.

En la biblioteca, me presentaron a su grupo. Después de una agradable charla, llegó la hora de irnos. Caminamos juntos hasta la puerta y estaba a punto de dirigirme a mi moto cuando me hicieron una propuesta de mostrarme el pueblo. Decidimos ir a pie y reímos y nos divertimos durante todo el recorrido. Al final, nos despedimos y regresé a casa.

Al llegar, busqué a mi mamá, pero no estaba. Subí a mi habitación, me puse ropa cómoda y me acosté en la cama mientras escuchaba música. Mi Perro, Hades, se acurrucó a mi lado. Sin darme cuenta, me quedé dormida.