VI

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La oscuridad de la noche se hacia presente en Desembarco al igual que una poderosa tormenta amenazaba con arrasar desde el cielo, la poca iluminación dada por la pequeña luna fue eclipsada cuando Vermithor surco los cielos y su rugido hizo temblar toda la capital, alertando a todos los guardias que custodiaban la gran fortaleza, que en aquella noche no se distinguían su color rojo.

Del lomo de este bajo la princesa Visenya, quien por su lenguaje corporal parecia no estar de buen humor esa noche.

Abran las puertas - Ordeno la platinada.

Lo sentimos princesa pero se nos ha ordenado no dejar entrar a nadie. - contesto uno de los guardias.

COMO SE ATREVEN - exclamó esta molesta mientras desenfundaba su espada para apuntar con ella a aquel hombre.

Baje eso princesa - Ordenado Sir Criston - La reina a ordenado que nadie puede entrar ya que no quiere que su majestad sea molestado. - replico este nuevamente.

Este es mi hogar, no el de esa puta que tiene por reina... Como se atreven a prohibirme el paso. - ataco nuevamente la joven pero esta vez su ira no seria aplacado.

Sir Erryk escolte a la princesa Visenya nuevamente a su dragón - ordeno el pelinegro.

Cuando aquel hombre se acerco a la joven platinada el rugido de Vermithor se hizo presente nuevamente, y a diferencia de los anteriores este fue una forma de advertirles que quien tratara de tocar a su jinete seria calcinado vivo... Sir Erryk se aparto de la joven, pero el pelinegro hizo caso o miso y con un toque brutal la tomo por el brazo casi arrastrándola hacia donde aquel enorme dragón se encontraba inquieto.

SUELTEME - Demando la joven tratando de safarse de agarre de aquel hombre.

El cielo se oscurecio nuevamente, Vermithor se elevaba nuevamente para unirse a Baelorys que aparecio surcando los cielos de aquel lugar y con rugido poderoso ambos dragones arrojaron fuego a unos pocos metros de donde el pelinegro estaba forcejeaba con la platinada, ambos dragones estaba adviertiendo que nadie podía tocar a su jinete, de pronto las puertas se abrieron dejando ver a la joven reina Hightower.

Sir Criston suelte a la princesa - ordeno esta mientras miraba horrorizada como los enormes dragones habian quemado gran parte de lo que una vez fue la puerta principal.

El pelinegro solto a la platinada, y esta procedio a adentrarse, no sin antes dejar advertido a aquel hombre.

Tenga cuidado Sir Criston, mis dragones son muy protectores conmigo, puede que algun dia ese fuego termine sobre su cuerpo y lo unico que quedara de usted seran cenizas. - dijo la joven con una pequeña sonrisa de satisfacción en su cara.

El pelinegro observo con temor en su mirada como la joven platinada desaparecia tras el cierre de las enormes puertas, él sabia que algun día esas palabras podrian ser su fin, Visenya no advertia de gusto.

...

Tres días habían pasado desde la llegada de Visenya a Desembarco, la joven habia sido confinada a sus aposentos y no podía salir de estos. Casi media docena de guardias custodiaban su puerta y sus dragones fueron aprisionados, la platinada no tenía ni idea del porque pasaba esto pero tenia una pequeña corazonada de que su padre no seguia con vida.

Buenos días querida hermana - dijo el platinado con una sonrisa en su rostro mientras deboraba un melocotón.

¡Aemond! - exclamo sorprendida la joven. - ¿Qué haces aquí?- cuestiono esta a su joven hermano.

He venido a desayunar contigo, hace mucho que tu y yo no hablamos hermana - contesto este mientras se deslizaba suavemente hacia un pequeño sillón para tomar asiento.

𝕽𝖊𝖎𝖓𝖆 𝕾𝖎𝖓 𝕲𝖑𝖔𝖗𝖎𝖆. [ℍ𝕠𝕦𝕤𝕖 𝕠𝕗 𝕥𝕙𝕖 𝕕𝕣𝕒𝕘ó𝕟]Where stories live. Discover now