15.- Hablemos

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Sanji encendía su cuarto cigarrillo mientras las palabras del reno daban vueltas en su mente, ni siquiera prestó atención cuando le hablaban para ayudar con el timón, no podía escuchar nada más que al reno en su cabeza repitiendo lo mismo una y otra vez. Para cuando quiso darse cuenta ya se encontraba una isla a la vista y a su capitán intentando abandonar el barco antes de ser golpeado por la hermosa navegante.


— Tomaremos un descanso en esta isla, el log pose debería cargarse en dos o tres días, así que necesito que estén atentos. – Les explicaba a los presentes mientras Luffy sobaba su cabeza por el golpe que había recibido por intentar ir a explorar. — Hay una ciudad en esta isla, así que podremos hospedarnos en algún lugar, solo debemos decidir quien cuidará del barco.


— Puedo hacerlo yo Nami~swan. – Giraba alrededor de ella con corazones en sus ojos recibiendo una fría respuesta como siempre y le hacía sentir mejor que le tratara como siempre, aunque no se molestaría si la hermosa dama era un poco más amable con él.


— Yo también me quedaré. – Agregó el reno y todos estuvieron de acuerdo, solo faltaba una interrogante y era quien se encargaría de vigilar al de cabello verde, la opción más simple era Luffy, pero una vez que pisara tierra firme seguramente saldría corriendo como loco.


Zoro había sido atado a la cama para evitar que se levantara y fuese en busca del rubio, fue petición propia el ser restringido su movimiento, incluso disfrutaba un poco el pasar el tiempo dormido y comer sin tener que hacer esfuerzo, pero por momentos era insoportable, el calor que inundaba su cuerpo, la molestia que parecía querer nublar su mente al no poder ir tras el cocinero. Los supresores que le daba Chopper funcionaban y aliviaban su dolor, pero estaba consciente de que era un alivio temporal. Cuando al fin fue liberado le administraron un supresor en su torrente sanguíneo y un par de píldoras, sin dudar las tragó y salió de la enfermería notando como la noche estaba por caer sobre ellos, así como le miraban con precaución. Apretó la mandíbula para evitar decir algo fuera de lugar por lo molesto de aquella situación, pero era consiente de que él la había provocado. Escuchó de Nami el plan de quedarse durante dos o tres días en aquel lugar, así de como compartiría habitación con su capitán, se dedicó a asentir con la cabeza mientras mantenía su mirada baja, necesitaba mantenerse centrado, pero cuando su mirada se levantó un poco se encontró con la del cocinero y pudo sentir como el calor parecía subir disparado desde la punta de sus pies hasta su cabeza. Chasqueó la lengua y miró hacia otro lado antes de bajar del barco, tenía que alejarse lo más rápido que pudiera del rubio para calmarse, pero lejos de ayudarle, con cada paso que se alejaba del barco no solo calor inundaba su cuerpo, sentía como incluso su voluntad parecía frágil cual cristal al tener la necesidad de regresar en sus pasos.


El rubio los había visto partir y aunque ya no podía verlos casi deseaba poder distinguir la cabellera verde del culpable que su cuerpo se sintiera abochornado en aquella fresca noche de primavera. Se puso de cuclillas sosteniéndose de la barandilla con una de sus manos mientras con la otra sujetaba su pecho arrugando su camisa. Tenía que aguantar, si no lo hacía saltaría del barco para buscar al espadachín, quería verlo, necesitaba verlo, sentirlo, olerlo. Se quejó bajo antes de dar un respingo al sentir como el reno tocaba su hombro.


— ¿Estás bien? – Quería ayudarlo y darle algunos supresores, pero no quería provocar que le hiciera daño al aún no ser tiempo de tomar de nuevo su supresor.


— Chopper, si mi alfa compatible estuviese aquí... ¿Podría hacer algo para calmarme?


Skande.Where stories live. Discover now