Disfraz de Ángel

Capítulo 15 " El beso "

Son casi las 11:00 de la noche y no he visto a Manu todavía.

Nos encontramos con chicos de nuestro Instituto que también escaparon de sus casas para venir a la fiesta.

El lugar es increíble, luces de todos los colores, barra, un pequeño escenario donde un chico anima la fiesta y al lado el DJ poniendo la multitud a saltar.

– Ah llegado Manuel– dice Jacob a mi lado.

Lo miro a el y a Jane que me sonríen y cuando miro tras de mi lo veo.

Mi corazón se pone a mil.

El sencillamente es perfecto.

Trae su cabello desordenado, una camisa azul la cual trae abierta hasta el pecho y deja relucir un cordón negro con su inicial. Pantalones anchos de color negro.

Es hermoso...

El me mira de arriba a abajo y me saluda al instante para integrarse al grupo.

Pasan unos cuantos minutos y el desaparece nuevamente, yo empiezo a bailar con los chicos de mi salón y con Jane y Jacob los cuales toman de una botella.

– ¡Si tú me lo pides yo me porto bonito! – cantamos todos a la par – ¡tú no eres bebesita, tú eres bebesota !

Hoy realmente me siento bien, me siento feliz capaz de hacer cualquier cosa.

Tomo la botella de vino que tiene Jacob en su mano y bajo los gritos de ánimo de los demás doy tres largos tragos.

– Mierda – digo y toso– está fuerte.

Jane sonríe y la veo dando vueltas.

– Eso es porque no tomas – dice y toma de la botella también para luego besar a Jacob.

Manuel vuelve a nosotros y tras el una chica

Blanca, más bajita que yo, cabello castaño y largo de ojos chinos. Es muy guapa.

Estos se hablan de una manera íntima y personal, se nota que hay mucha confianza entre ellos.

Los ignoro y sigo bailando a la par de la música.

Sin darme cuenta faltan 5 minutos para las 12 y el lugar está lleno de personas bailando y tomando.

– ¡Quédate que la noche sin tí duele! – cantamos todos dando saltitos –¡ tengo la mente en las poses y todo lo que hicimos que ya no quiero nada que no sea contigo!

Manuel está a mi lado con su brazo sobre mi hombro riendo y cantando.

De un momento a otro ponen una canción de reguetón y siento sus manos  en mi cintura, su espalda toca  la mía y siento sus labios  susurrar la letra en mi oído.

En ese momento dejo de respirar y el resto del mundo deja de existir, solo éramos el y yo, nadie más.

Muevo mis caderas despacio al ritmo de la suya y giro mi rostro para mirarlo a los ojos.

La luz es tenue y es una mezcla de rojo con Azul que me marea por unos instantes.

Vuelvo mi vista al frente y sonrío algo mareada.

De pronto todo queda a oscuras y las quejas de las personas llenan mis oídos, todo pasó en Cámara lenta desde ahí. Siento como unas manos toman mi cara y unos labios toman los míos. No tengo que ser adivina para saber quién es.

Manuel sujeta mi rostro con firmeza y me besa con ansias, como si lo hubiera querido hacer hace mucho tiempo. Suelta mi cara y me alejo sorprendida al igual que Jane , Jacob y la chica que llegó junto a él.

Mierda... Manuel me ha besado

Las luces ya habían vuelto y todos lo habían visto 

Que vergüenza!!!!!

La música suena o través y limpio mi garganta sin creer lo que acaba de pasar, recojo mi cabello en una cola alta. Tengo calor!!!.

La chica me mira mal y yo no soy capaz de mirar a los ojos a Manuel.

– ¡La policía de Ciudad del Sol! – grita un chico y todos empiezan a correr a la salida.

Oh mierda lo que faltaba.

Las personas me empujan y pierdo a Jane de vista.

Una mano me toma del brazo y me dejo llevar ya que un mareo se apodera de mi.

– ¡Rápido MJ! – veo finalmente a Manuel que es quien me tiene la mano sujeta – ¡corre!

Vuelvo en si y corro al bosque como los demás chicos que no son de esta ciudad.

– ¿Qué ha pasado? – pregunto sin dejar de correr en la oscuridad del bosque.

– Pasa que los de tu ciudad no pararan  hasta que la nuestra sea destruida – dice sin soltar mi mano mientras corremos .

Veo unas casas en construcción abandonadas y solo nos da luz la Luna llena sobre nosotros.

Manuel tira de mi a la casa y se pega a la pared de la misma pegando su cuerpo al mío para ocultarme.

Los policías corren tras los chicos y algunas linternas alumbran la casa pero nadie entra y luego de unos minutos todo se sume en un profundo silencio.

Mi respiración vuelve a la normalidad al igual que la de Manuel y me alejo despacio unos centímetros.

– Ya se han ido – dice y me mira desde arriba– yo te llevo a casa.

Asiento y hace lo mismo pero por alguna razón ninguno se mueve o dice algo. Solo nos miramos y mi corazón es un caos y no precisamente por a ver corrido, es el, el hace que me ponga en ese estado.

– MJ

– Manuel– decimos los dos a la misma vez.

– Oh, habla tú– dice y niego con la cabeza.

– Tú primero – digo y niega con la cabeza sin despegarse de la pared y yo sin alejarme un centímetro.

– Habla

– Ni siquiera se que iba a decir– niego con la cabeza – habla tú primero.

– No se que decir – dice y niego o través con la cabeza

– Ni yo

– Pero si se que hacer – dice y lo miro.

A la velocidad de la luz toma mi cara entre sus manos y me besa, por supuesto le respondo y con mis manos tomo en puños su pulover en los costados.

El tenía razón, sus besos no son tiernos ni dulces. Son todo lo contrario.

Su beso es demandante, el tiene el control, sus labios chupan, lamen y muerden los míos sin ningún tipo de piedad. Nuestras respiraciones son un caos pero no nos importa, nuestros labios están en una eterna gerra por el control.

El detiene el beso respirando con dificultad y pega su frente a la mía sin abrir los ojos.

Joder, nadie me había besado así nunca...

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