Capítulo 29¿Qué sientes por mi?

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Es medianoche y el clima se a tornado frío, mis padres y Jesús aún no han vuelto de la cena con la familia de Jordan. Supongo que se habrán quedado bebiendo.

Entro a mi habitación dando un portazo y tiro mis tenis a una esquina para soltar mi cabello.

Me duele la cabeza.

Mi vestido azul aún tiene restos de arena pero lo ignoro tirándome en la cama pasando las manos por mi cabeza como desquiciada.

¡Besó a otra!

¡Es un patán joder lo odio!

Mi teléfono empieza a sonar y al ver  quién es mi ira se agranda .

Ignoro la llamada poniéndome de pie para caminar al baño, una ducha de agua fría me hará bien.

Afuera está lloviendo a cántaros y Muñeco no deja de ladrar por los pequeños granizos que chocan de vez en cuando contra las ventanas.

Mi teléfono no deja de sonar y lo miro  sacando mis pijamas del armario.

Pequeño pervertido :
Coge el puto teléfono!!

Lo ignoro apagando el mismo y bajo un segundo a tomar agua, cuando vuelvo a mi habitación me quedo recostada a la puerta luego de cerrarla mientras miro la ventana.

El corazón se me pone a mil cuando veo a cierta persona abriendo la misma y entrando echo una furia.

Camino hacia el de mal humor.

– ¿Qué haces aquí? – le pregunto molesta mientras se quita la camisa  tirandola  a un lado.

Esta destilando agua por todos lados, su nariz y mejillas están rojas por el frío y sus labios tiemblan de vez en cuando.

El camina hacia mi y retrocedo  hasta que mi espalda choca con la puerta del baño.

– ¡¿Te divertiste besando a otro!? – dice poniendo una mano sobre mi cabeza.

Está muy cerca, demasiado

– ¿Y a tí qué te importa? – le pregunto igual de cabreada .

Sus ojos verdes brillan de ira y su respiración es irregular quizá por el frío o por lo molesto que está.

– ¡Te hice una pregunta María José!

– ¡Y yo te respondí! – le digo e intento alejarme pero me toma de las muñecas presionando las mismas sobre mi cabeza en la puerta – ¡Sueltame Manuel!

–¿ El te gusta ?

– ¡Si, si me gusta es un chico increíble!– miento y el niega con la cabeza – ¡ahora sueltame!

– Hasta hace unos días no te sabías su nombre, ¿por qué te engañas niña?

Juro que quiero matarlo y enterrarlo vivo.

– Te lo advierto...

– ¡Acepta de una vez que quién te gusta soy yo ! – dice he intento alejarme  pero o través  fallo mientras el pega su cuerpo al mío – acepta que quieres que sea yo el que te bese.

– Estas actuando como un maldito psicópata – le digo molesta –¿!  cuál es tú problema!?

–¡  Tú eres mi problema!

Recordando todas las veces que a hecho sentirme mal más las enseñanzas de mi hermano de como defenderme elevo mi rodilla dándole un fuerte golpe en su entrepierna por lo que me suelta y se dobla del dolor.

– ¡No soy otro de tus juegos Manuel! – le digo con lágrimas en los ojos mientras el se reincorpora mirándome– ¡no seas egoísta y piensa un poco en mi, déjame en paz!

Disfraz de Ángel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora