Aoi Akane

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—Ehh... ¿No?

Teru le golpeó la frente con un dedo.

—¿Cómo que no?— le explicó— Escucha, Akane, yo te entiendo y yo te... respeto, te escucho... bueno, me entiendes.

Se frenó en seco. Y Akane jugó con la tela de sus pantalones, frotándose las piernas con un poco de nerviosismo frenético mientras Teru hablaba con una sonrisa de enojo y bronca.

—¡Pero a mí no me vas a venir a mentir de esa manera!— Akane abrió los ojos y se acomodó los anteojos— Es obvio, es totalmente obvio...

—¿Qué hizo él?

—¡______ no hizo nada! ¡Él nunca hace nada, es un santo!

—¿Y entonces?

Teru lo miró fijamente.

—Que te gusta, y finges totalmente que no es así. Y a mí me agradas y todo pero, ¿Por qué actúas tan mal?— el otro se ofendió, jugando con sus manos, pero a su vez pensándolo un poco.

—A mí no... me gusta tanto...— murmuró.

Teru se puso de pié, manteniendo su sonrisa con molestia, y le tomó los hombros después de haberlo rodeado. Akane tembló un poco al sentir que le tomaba los hombros detrás de él.

—Vamos a repasar las cosas, Akane. Porque para estudiar sí que tienes cerebro— se aclaró la garganta, y comenzó a caminar por la sala del consejo— Te explico: llega el Sol, le llamaremos Sol a ______.

—¿Sol?

—Tú sígueme la corriente. Si lo digo en forma literal no me vas a querer comprender y nunca entenderás mi punto. Como te digo: él llega, comienzan a hablar por un par de proyectos. Hacen más proyectos, se hacen más amigos, tú literalmente dejas de perseguir a tu amiga de la infancia con la cual eres tan insoportable como un chihuahua...— Akane lo miró con una mueca de incredulidad— Sí, un chihuahua— aseguró.

—Pero, que me haya dejado de interesar Aoi en éstas semanas es...— Teru lo interrumpió.

—¡Semanas! ¿Cuáles semanas, Akane? ¡Han pasado meses!

—Yo no voy a ser cómplice de ésta atrocidad que llamas tú estar enamorado, a él no lo persigues... tanto.

Akane dejó de prestarle atención, pero mientras jugaba con sus dedos, comenzó a divagar. No quería darle la razón, no debería darle la razón.

Pero al ver tu rostro saludándolo por primera vez, entendiendo la fórmula que necesitabas para aprobar los exámenes de matemáticas, al memorizar cada uno de los detalles de tus ojos brillantes... los de Aoi no le hacían competencia.

Sonrió sin darse cuenta.

—¿Lo ves? Y hasta sonríes cuando entra al cuarto— el muchacho se alarmó, y se dio la vuelta rápidamente, con pánico.

—¿Dón...?— se ahogó con su propia saliva al verte allí.

—¿Estaré interrumpiendo?— inquiriste, un poco preocupado por lo que estuviese pasando en el momento. Confundido incluso, sin saber exactamente dónde estabas en la conversación. Sólo te entendiste como parte de la conversación con el hecho de que entraste justo cuando el presidente había hablado de ello... aunque quizás te equivocabas.

—¡No! No. No, no... es sólo que... yo... me asustaste, y eso.

Teru produjo en sus rasgos una mueca enorme llena de desentendimiento, de incomprensión, y de... molestia incluso, molestia con la situación, ¿por qué?

—Bueno yo, personalmente, voy a tener que retirarme, porque en casa me esperan, ¿Saben? Tengo que apoyar en casa con la cena— "moralmente", pensó, "Kou no me deja cocinar".

Estaban los dos quietos. Totalmente quietos.

Apretaste los labios con un poco de incomodidad en el momento, intrigado por lo que fuese a pasar. En realidad querías invitar al vicepresidente del consejo estudiantil a ver una película. Habían hablado de ello antes y, bueno, ¿Qué había de malo en ello?

—Y... ¿vamos a ir?

—¿A qué...?— estaba totalmente distraído con tu rostro, pensando en la suerte y la hermosa presencia que tenías. La primera vez no le habías prestado atención a él, pero ahora era él el foco de su atención. Luego recordó— ¡Ah, claro! Perdón, perdón...

—Ah, ¿Tienes algo que hacer?

—¡No, no! Perdón por olvidarme por un momento. Tu cara me distrajo— sonreíste con burlas.

—¿Qué? ¿Te perdiste en mi mirada?— él ni siquiera lo pensó, tomó su bolso mientras respondía.

—Siempre.

Parpadeaste con impresión, ¿Qué había dicho qué?

—Eh, bueno, es un... placer saber que te... ¿Estás bromeando?— él se ofendió totalmente, y frunció el ceño incluso.

—¿Cómo se te ocurre decir que yo podría bromear con un par de luceros tan poéticos como los...?— se cubrió la boca con la mano— Perdón, perdón.

Se recordó haciéndole lo mismo a Aoi, y ahora creía que te asustarías.

—Tengo... tengo dudas. Pero como me atraes no voy a decirte nada, también tienes unos ojos muy bonitos— admitiste, dándote la vuelta para irte. Esperaste que te siguiera, pero sólo oíste un golpe seco.

Al girarte, viste el bolso de Akane en el suelo.

—¿Qué...?

—¿Qué pasó?

—¿Qué dijiste? Que yo te... ¿Qué?

Alzaste las cejas con incredulidad.

—¿No lo sabías?— él alzó su bolso del suelo— Una vez lo dije y estabas ahí, me estabas mirando.

—¡Siempre te estoy mirando, me gustas! ¿Cómo te iba a prestar atención mientras hablabas si eres tan lindo?

Parpadeaste, y luego sonreíste.

—Pensé que te incomodaba un poco que me gustasen los chicos, pero como bromeaste con mis ojos, pensé en devolverlo... pero...

—¡No estaba bromeando! Amo tus ojos, de verdad.

Tomaste aire y sonreíste para no estresarte más.

—¿Quieres salir conmigo en una cita al cine o no?

Akane frunció el ceño.

—¿Quieres salir conmigo?— te colocaste en frente de él, le tomaste los hombros con una sonrisa que parecía genuina. Él tuvo esperanzas, pero tu rostro se curvó en una mueca de enojo.

—¡Maldito imbécil, te estoy invitando a salir y tú sólo repites la pregunta! ¡Déjame amarte de una vez, Akane!— lo sacudiste de los hombros.

—¡Sí, señor!

***

Teru parpadeó con enorme velocidad, colocando en sus facciones una mueca de incomodidad.

—Bueno, supongo que... es un final feliz.



Pedidillo HelloMyNameIsLynette, te pido las re disculpas pero no me deja etiquetarte JAJAJA pero acá está tu pedido, como treinta años tarde, pero está ;)

Jibaku Shounen Hanako-kun || OneshotsWhere stories live. Discover now