7. Una entrevista sincera

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—¿Quién eres realmente, Brent Sandini?— Aria necesitaba una respuesta con urgencia.

—Qué pregunta mas idiota, ¿Acaso no me conoces?— "No lo sé" Pensó Brent internamente.

Aria presionó su cabeza pues aun estaba mareado y no entendía por qué el tatuaje lo impresionó tanto.

Si, lo vió en su sueño, en la piel de un omega, ¿pero, por qué tenía esos sueños?

—Me marcho, voy tarde para mis clases— Se levantó y se obligó a salir a prisa.

Brent se quedó de pie en el pasillo, observando la puerta por la que cruzó.

⚔️

Aria se apoyaba sobre su mano, mientras esperaban al maestro de Redacción.

Estaba concentrado, tratando de darle sentido a los muchos sueños sin explicación que tenía casi a diario.

Xavi lo miraba de lejos, aun no se hablaban despues de su pequeña riña, asi que estaba dándole su espacio, pero no por ello dejaría de preocuparse por su cambio de actitud, pues ya no habia mas risas, energía y positivismo en su amigo.

Aria recibió una llamada de Brent justo despues que sus clases terminaron, este le hizo un pedido, asi que tuvo que desviarse de su camino e ir rumbo a un restaurante.

Al llegar a la televisora, Brent se veía insoportable, pero se arriesgó y le dió el paquete con la comida que le ordenó.

—Ayer olvidaste pedirle el guión del programa especial a Tony, eres tan torpe que no pudiste hacer algo tan simple, hasta un simio sabría que habiendo un evento especial, habría un libreto especial. Te encantaría que me despidieran ¿Verdad?— Brent abrió los envases de su platillo, mientras desfogaba su enojo en Aria. —Esta mañana ví que mi ropa no ha ido a la tintorería, tengo acumulado todo, ¿De que sirvió que te diera instrucciones?, si no las leiste ni los cumples igualmente...

Bla, bla, bla...

Aria aprendió a desactivar sus oidos, metafóricamente. Cuando Brent lo regañaba y decía de todo, fingía que escuchaba mientras lo observaba parlotear a la nada y veía sus gestos, como se delineaba su entrecejo fruncido, la forma en que sus cejas se dibujaban, la manera en que arrugaba la nariz o como su boca gesticulaba, incluso podría leer sus labios a distancia y entender lo que decía. Lo insultaba.

—¡¿Estás escuchándome, Aria?!

—Si, si. Soy un incopetente con el cerebro de una ardilla retrasada que no puede hacer nada bien— Repitió lo que leyó en los labios de Brent.

—¡Bah¡ ¡Esto es asqueroso, está salado! ¿Quieres matarme o qué?— El alfa empujó el platillo.

Aria la sostuvo antes de que cayera al piso.

—¿No va a comerse esto? Dijo que estaba hambriento.

—No me voy a comer una carne salada— Se negó Brent casi en berrinche.

El castaño solo suspiró, controlando sus ganas de darle un buen castigo como a los niños malcriados, él mismo estaba al tope con el mal genio de Brent, por lo que optó por terminar de enloquecer al alfa y asi darle un probada de su propia medicina.

—Esta bien, pero esto no puede desperdiciarse, asi que me lo comeré yo— Aria levantó la pieza de filete con su mano y le dió un mordisco, gimiendo gustoso ante el sabor. —Esto es lo mejor que he comido en mucho tiempo.

—¿Qué haces?— Brent tenia una mueca mientras veia a Aria comer.

—¿No es obvio? Yo tampoco pude comer porque usted me mandó por esto, es una lástima que no quiso comérselo, porque está delicioso— Aun con la boca llena, se chupó los dedos.

Destinado al AlfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora