16. Cuando todo se acaba

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Despues de la tormenta viene la calma ¿no?, y asi era para la vida de Aria.

El castaño caminaba sonriente por los pasillos de la universidad, sintiendo que su vida finalmente parecia estar armonizada en todos los aspectos.

Los timbres de los pasillos resonaron y los que estaban por fuera, comenzaron su carrera hacia sus salones.

—Mueve esas piernitas Aria o vas a llegar tarde— Un compañero pasó veloz por su lado.

Aria resopló ante esas palabras, las que Xavi le decia en tono burlon cada vez que estaban tarde, aunque de eso ya pasó hace mucho. Avanzó aumentando la velocidad, pero tras unos segundos de carrera, terminó cayendo estrepitosamente al piso.

Sus piernas tan solo no le reaccionaron por una fraccion de segundos y eso bastó para caer ante la mirada de otros.

El compañero que lo rebasó, terminó regresando al oir la dolorosa caida.

—¡¿Aria, te lastimaste algo?!— Preguntó con preocupacion.

Aunque pronto la respuesta apareció en forma de un corte en la frente del castaño, quien se habia lastimado con su misma pulsera al momento de tratar de evitar caer de rostro contra el suelo.

Aria estaba un poco aturdido y el dolor de la caida recien hacia aparicion, en sus rodillas, codos y el costado de su cuerpo, ademas de las punzadas y sangre brotando de su frente.

Dos personas lo ayudaron a levantarse y lo acompañaron a la enfermeria. London no tardó en aparecer alli cuando se enteró de lo ocurrido.

—Estoy bien, de verdad— Le aseguró despues que la enfermera trató el corte y le puso una bandita del tamaño suficiente para su herida.

London no estaba muy convencido, por lo que terminó revisando los brazos y rodillas del castaño. Tan solo habian unos raspones nada serios, pero el cuerpo si que le dolia un poco.

—Tómate este analgésico en una hora y procura descansar en casa, estarás como nuevo en poco— Le aseguró la enfermera.

—Se lo agradezco.

—Aria, ven, te llevaré yo mismo al salon— London se agachó y esperó que Aria se subiera en su espalda para llevarlo.

El castaño creia innecesario, pero ya que estaba cojeante, aprovechó el transporte gratis.

—Deberías tener mas cuidado, no puedes correr de esa forma o un dia realmente vas a lastimarte— Le regañó London, aunque con tono comprensivo.

—Si, ya entendí.

Aria se quedó pensativo mientras London lo llevaba a clases.

¿Realmente lo que le pasaba era normal?

Ultimamente su cuerpo se sentía extraño, antes de la caída hubiera creido que cuando no podia levantar un simple lápiz o tropezar con sus mismos pies, eran solo a causa de su distracción, pero esta ocasion fue mas allá, tan solo su cuerpo no le obedeció y se desconectó de su cerebro por unos segundos, que le costaron una caida dolorosa. Ademas estaban sus sueños algo agresivos o perturbadores que a veces lo despertaban gritando o llorando, ademas de la nariz sangrando. Eso no era normal.

Cuando llegó la hora del receso, Aria se levantó de su lugar, aunque London quiso evitarselo.

—¿A dónde vas? Te llevo.

—Necesito preguntarle algunas cosas al doctor, no es nada serio— Le aseguró.

—Bien, pero yo te llevo.

—Prefiero caminar.

—Entonces iré contigo— Insistió London.

Asi fue que ambos se encaminaron a la enfermeria, a paso lento, pero ninguno tenia prisa.

Destinado al AlfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora