Destinado al Alfa

58. Bestia suelta

Arisa estaba acostado en uno de los sofás del salon de descanso del palacio, todos los adultos estaban en una reunion privada, asi que a los menores les tocó esperar. A pesar de la tardanza, Arisa estaba en su propio mundo, sonriendo y soñando despierto.

—¡La reunión terminó!— Mable volvió corriendo a darles las recientes noticias.

—¿Dijeron algo?— Preguntó Cam tras dejar de lado los juegos con su gemelo.

—¡Determinaron que Albis sea el nuevo Alfa!

Arisa saltó de su lugar, soprendido y orgulloso, incluso se unió al abrazo que se dieron Mable y sus hermanos pequeños en festejo.

Dentro del palacio se realizó una celebracion en familia, pronto se haría la ceremonia para nombrar a Albis oficialmente como nuevo Alfa reconocido. Por esa noche, hubo una cena familiar que celebraba a Albis.

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—¿Papá, puedo acompañarte a los campos de entrenamiento?— Preguntó Arisa durante el desayuno.

—Lo siento, pero estos días estaré muy ocupado. Las tropas y sus oficiales serán evaluados y reorganizados de sus puestos, y debo encargarme de todo antes de la ceremonia de envestidura de Albis— Respondió Sten, mientras desayunaba rápidamente.

—Entiendo...

—Me voy. Los quiero— Sten besó las frentes de Arisa y su omega, despues se marchó veloz por las prisas.

—Entonces... ¿Puedo ir contigo a la intendencia?— Arisa ahora le consultó a Arin.

—De hecho, iré al palacio a ayudarle a Elis para la organizacion de las fiestas. Hoy nos encargaremos de las invitaciones y mañana nos reuniremos para el traje que usará Albis. Pero puedes venir conmigo, podrías llevar a jugar a los gemelos.

—No gracias. Voy a hacer algo de jardinería y mas tarde iré de compras para la cena— Arisa cambió de opinion.

—¿Estas seguro? Quizá mas tarde podría regresar y saldríamos juntos a comprar la despensa— Arin no queria dejar de lado a su hijo, asi que pretendía ganarselo de nuevo.

—Estaré bien. Sé que hay mucho trabajo que hacer en el palacio, asi que ve tranquilo. Cuando retornen les tendré lista una cena deliciosa— Fingió una sonrisa despreocupada.

—Esta bien. Trataré de volver antes— Arin tambien se marchó minutos despues.

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Arisa hizo las labores de la casa, limpiando y barriendo cada habitacion, despues se encargó del jardin que cuidaba desde que tiene memoria. Quitó la mala hierba, podó algunas plantas y regó las flores con cuidado.

Mientras trabajaba en ello, su mente aun estaba indecisa con la peticion de Gerd.

¿Ayudarle a huir de prision?

No supo qué responder cuando lo oyó, él no le obligó a hacerlo y le dejó su destino en sus manos. Su parte racional le gritaba que era un crimen, algo malo e incorrecto, pero su parte sentimental veía una oportunidad única, por primera vez alguien lo veía como un omega de gran valor.

—Arisa y Gerd— Rió ante lo bien que sonaba esos nombres juntos.

—¿Quién es Gerd?

—¡Aaah!— Arisa se presionó el pecho ante el susto que le dió Acke. —¡Casi me causas un ataque!