62

225 36 8
                                    

Había sido la noche más largas de sus vidas, interminable, sobre todo, para Eunwoo que no había pegado ni una sola pestañada a lo largo de las horas por haber estado sentada junto al cuerpo de su hija, que estaba cubierto por las mantas que se llevó el grupo. Lo único que estaba fuera era su mano que la misma mujer no ha soltado hasta ahora, cuando el sol comenzaba asomarse para dar inicio a otro día más.

Hace ya un tiempo que no volvían a dormir en la intemperie misma, volver a arriesgar sus vidas durante los oscuros fauces de la noche era una preocupación más, sumándole a que estaban en medio de un cementerio de autos y con caminantes que podrían llegar en cualquier momento, no uno, sino un grupo grande.

El resto de grupo si logro dormir algo, pero no del todo pues estaban al pendiente de Eunwoo que estuvo llorando hasta que sus ojos se habían secado, la madre Yeri tenia la vista fija en el cuerpo de su hija sin lograr aun lo que había perdido hace horas. Ji-eun había salido del coche a verla, pero estaba completamente ida, lo único que pudo hacer fue cubrir sus hombros con chaqueta ya que corrió una brisa fría en eso de la madrugada.

Además de Eunwoo, Jackson tampoco durmiendo absolutamente nada, por su parte, se dirigió al bosque que había en unos de los laterales de la carretera. Había arboles altos, ya no tan frondoso por la caída de sus hojas en la estación, al meterse más al interior encontró un pequeño riachuelo de aguas transparentes, y cerca del agua, había un árbol, que, por la forma de sus ramas y su tronco, dedujo que era un cerezo.

Wang se quedó allí mirando esa escena, pensando en que poder hacer por Eunwoo y como poder mitigar el dolor que sentía por la pérdida de Yeri, aunque bien se sabe, que el dolor de perder a un hijo o hija es algo que marca a las personas por el resto de su vida.

En su noche en vela, pensó en que ese lugar podía enterrar a Yeri, sepultarla dignamente antes de retomar el camino hacia Ansan.

Así que con ayuda de una piedra y de sus propias manos, comenzó a cavar un agujero. En eso se paso todas las horas a oscuras. Luego de mucho enfuerzo el agujero estaba listo, solo quería saber qué opinaba la madre.

Al salir de entre los árboles, se encontró con la misma escena, Eunwoo junto a Yeri y todos los demás dentro de sus autos, otros afuera, mirando a la mujer con preocupación.

El militar se sentó junto a ella con cuidado de no molestarla.

—Buenos días —dijo con tono bajo.

No obtuvo respuesta.

—¿Has comido algo? —preguntó.

Eunwoo negó.

Jackson suspiro y se acerco solo un poco, lo suficiente como para abrazar a Eunwoo por el hombro y era si esta podía reacción.

—N-No quiero dejarla... N-No p-puedo.

Wang puso atención al escucharla por fin.

—L-Lo peor es que quedara a-aquí... Y-Yo no...

—No vamos a dejarla en medio de una carretera Eunwoo. No pienses eso —interrumpió Jackson.

—¿A qué te refieres?

—Encontré un lado en el bosque donde podemos dejarla —dijo y Eunwoo por primera vez levanto su cabeza—, es junto a un riachuelo y un árbol de cerezo creo, hice un agujero para darle una sepultura digna.

La madre miro el cuerpo tapado de Yeri y con su palma acarició los pocos cabellos que se podía ver y que no fueron cubiertos por las mantas. Lo que más dolía, era como toda esa noche los miles de recuerdos de su vida junto a su hija se proyectaban una y otra vez, desde que supo de su embarazo hasta apenas ayer.

Outlast ¹Where stories live. Discover now