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Al salir de la ducha se sintió un poco más aliviado. Toda la sangre que lo había ensuciado ya no estaba en su cuerpo, la tierra tampoco, procedió a ponerse la ropa limpia que Jungkook le había entregado cuando apenas entró al baño. Quito la humedad del espejo y se pudo ver mejor, se peinó su cabello que estaba algo largo, se lo seco con la toalla y con ayuda de una peineta de plástico se hizo los mechones hacia atrás para quedar ordenado.

Lo primero que vio cuando salió del cuarto del baño fue la pared que en ella colgaban unas fotos del proceso de construcción de una casa, Yoongi asumía que se trataba de esta en donde estaban ahora todos. Se acercó para verlas, comenzaba la primera con los cimientos hasta la última que era la casa terminada. Debía admitirlo, era bonita tanto por dentro como por fuera.

—Papá comenzó a trabajar luego de su accidente como contador, con el dinero la fue construyendo.

Yoongi miró hacia su hermana, quien era la que le hablaba. La chica estaba vestida con un pantalón de chándal y un suéter que le quedaba algo grande. Su rostro se mostraba dócil, no quería hacer enojar más a su hermano así que se dirigió a él de manera amable.

—No pregunte nada —dijo áspero.

Suran apretó sus labios, si era sincera no se esperaba esa reacción tan pesada de su hermano, pero era algo que sabía que iba a suceder en el momento de juntarlo con su padre.

—Oppa... ¿podemos hablar? —preguntó cabizbaja.

—¿Me quieres decir por qué me ocultaste esto? —inquirió con gran molestia.

—Sé que es doloroso, pero yo igual me enojé con él y le grité cosas... No podía permitir que pasara el resto de su vida solo. —Trato de explicar Suran esperando que Yoongi comprendiera sus motivos.

—Ahora pienso en ella y todo lo que ha pasado con nosotros dos cuando éramos niños. ¿Crees que ella no sentía sola?

—Claro que sí, pero...

—Ya no quiero seguir hablar. —Interrumpió con voz severa. —Iré a ver a Yeonie.

—Hermano...

Suran intentó detenerlo, pero iba rápido hacia el pasillo. Min ya no deseaba seguir conversando, ya tuvo suficiente por hoy. Su única preocupación era Taehyung, quien estaba enojado y estaba en su derecho de estarlo. Yoongi sabía que se comportó como un idiota con su novio. Camino por el pasillo tratando de buscar con la mirada a su novio e hijo, fue así hasta llegar a un cuarto con aspecto igual al de la casa, rustico y antiguo. Taehyung estaba de pie moviéndose de lado a lado, meciendo a Yeonjun básicamente.

Yoongi entró sigiloso, cerrando la puerta y dejando la toalla la silla de madera del escritorio del mismo material. Se acerco por la espalda del castaño y lo abrazo por detrás.

—Perdón por haberte gritado y empujarte... Y-Yo me comporte como un idiota contigo, amor —habló mostrándose arrepentido.

El chico se alejó para ir a la cama mientras que aún le daba la espalda a su pareja. Dejó a Yeonjun en la cama y a lo cubrió bien para que no pasara ni frio ni calor, besó su frente, y finamente miro de soslayo a Yoongi.

Aprovechando de ver que ya estaba mejor vestido y, sobre todo, limpio y sin sangre, que era lo único que le perturbaba la mente, por lo menos ahora estaba bañado, con aroma a vainilla y su cabello peinado. Se cruzo de brazos y regreso a la ventana para apreciar como el cielo arrebolado de ese día.

—Tu padre dijo que el sofá de abajo se hace cama —dijo secamente. Dejando a Yoongi sorprendido por sus palabras.

—Tae... Amor...

Outlast ¹Where stories live. Discover now