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Seis meses después.

—Hola —saludó Suran con una sonrisa en su rostro, mientras entraba al comedor de la casa.

—Hola, Su —respondió el resto al unisonó.

La chica se sentó junto a Hoseok, quien a diferencia de los demás, le besó sus labios como ya acostumbraban desde que comenzó su juvenil y romántico noviazgo en una tarde de verano. Jae-ik y Yoongi lo miraron de reojo, pero Jackson, como fiel protector de su colega y amigo, le lanzó una migaja de pan al de tez pálida.

—¿Que dije de las caras feas? —interrogó. —No te voy a advertir de nuevo.

—No miro feo a nadie —mintió tratando de disimular, apartando la mirada. —Menos a Hoseok —dijo con dificultad.

El mayor apartó la mirada de Wang para ver a su hijo que trataba de llegar hacia el estante donde guardaban la mayoría de alimentos no perecibles. Eran los meses de más paciencia y lucha para los padres primerizos, Yeonjun se paraba y caminaba con algo de ayuda, pero al parecer no le gustaba que le dieran las manos, enseguida gritaba o negaba con su cabeza. Yoongi aun recuerda aquella noche que lo vio aferrado a los barrotes de la cuna, le llevó el susto de su vida, pero estaba feliz de ver que ya se apoyaba y ponía de pie por su propia cuenta.

—¿Cómo estuvo la vigilancia de anoche? —preguntó el padre de Jimin.

—Muy bien, Bahiyyih y Soobin hicieron un buen trabajo; Jungkook y Namjoon no vieron nada raro el perímetro de la carretera, solo que el furgón ya estaba con indicios que alguien durmió ahí, pero... no vivió, era un caminante —contaba Jackson recopilando todo lo ocurrida en las guardias de la noche. —Eunwoo, Joong-ki y la señora Park revisaron el perímetro sur, el que va Suncheon, pero nada... tememos un poco.

—¿Y eso por qué?

—Jungkook y yo hemos pensando en ir a Suncheon para ver alguna zona que sea óptima para Jimin, pero...

—Nadie ira a Suncheon aun, Jackson, te lo dije hace una semana —dijo Min tajantemente e interrumpiendo de paso a Wang.

—Sí, pero Yoongi, ten en cuenta de que Jimin esta apunto de salir de cuentas, es casi inminente.

—Jackson tiene razón. —Apoyó el general que bebía café. —El bebé nacerá y Jeon anda alterado, va detrás de Jimin viendo que no se sienta mal, en pocas palabras, paranoico.

—Dios, sí, me tiene enfermo de los nervios —dijo Eun-seok recostándose en la silla. —Es contagioso, a Joohe igual se lo pego.

Los de la mesa rieron.

—Créame, para cuando Yeonjun nació andaba casi igual —dijo Yoongi recordando aquel día.

—Será padre primerizo, así que no decirle que se calme es para que se altere más —comentó Suran.

La conversación fue interrumpida por los pasos de varias personas que llegaban a tomar desayuno con los demás, entre ella eran; los hermanos Kim más Seokjin, Eunwoo con Ji-eun y Sunwoo; los Huening, Soyeon, Jungkook, Jimin y, por último, Taehyung  y la madre de Jimin. Al entrar todos dijeron buenos días. A la mesa estaba como ya era de costumbre, rebosante y llena de conversaciones respecto a los turnos asignados.

—¿Qué tal el cultivo? —preguntó el dueño de la casa.

—Milo, piso los brotes —dijo Sunwoo apenado. —Eran mis cultivos que el señor Park me enseño hacer.

—Tranquilo, ya plantaremos más.

El menor asintió.

—¿Algo anormal que vieron?

Outlast ¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora