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Rosie ahora acostumbraba a lamer regularmente el pelaje de la minina gris, sin obtener alguna queja de JiSoo puesto que no parecía molestarle, y en lugar del zarpazo que pensó recibir la primera vez que realizó el acto, gran fue su sorpresa cuando la mayor ronroneo a gustó, dejando consentirla. Como ahora lo estaba haciendo.

Seulgi las observaba desde el sofá, detallando con el ceño fruncido como sus dos mininas parecían “jugar“ y con un deje de desaprobación se acercó a elloa, viendo lo adorable de sus dos gatas.

— ¿Qué hacen, mininas? — Preguntó y claramente no recibió mas respuesta que un maullido.

No juzgaba la acción, no la malinterpreten, solo se sentía frustrada con ella misma al no poder comprender, escuchando un sinfín de maullidos ¡Mierda, cuanto deseaba ella poder hablar aquel idioma gatuno! Aun que bueno, ese con seguridad sería el deseó de muchos.

Y por supuesto, como ya se mencionó, a la gatita Soo no le molestaba las acciones de su menor, no obstante, a su pancita no le daba igual, sintiendo como si se hubiera tragado algún animal y ahora aquel desde su interior lo fuese a matar.

— ¡SooSoo Unnie! — Le llamó Rosé, con esa nueva terminación que había aprendido tan solo unos días antes, luego de que la hermana y amiga de su dueña Seulgi la visitacen.

La que según recordaba la blanquecina que se llamaba shuhua, se había dirigido asi a la hermana de su dueña la cual parecía mayor que ella, interpretándolo de aquella forma luego de que, con múltiples maullidos, la menor la tomo entre sus brazos y moviendo su cabecita cada vez que la pelinegra pronunciaba la susodicha palabra, la chica le llegó a comprender su pregunta dándole una ligera explicación.

Aquello significaba respeto, y la minina Rosé tenía mucho de aquello por la grisácea.

— ¿Qué? — Emitió Soo, su maullido tambaleando un poco al sentirse inexplicablemente nerviosa.

Rosie le depósito un lamido en su mejilla, oyendo una pequeña queja de la mayor ya que la pobre minina ya no podía más, y olio el pelaje de Soo, deteniéndose en su oreja, la cual llamo su atención, dándole un mordisco.

JiSoo salto sorprendida y algo adolorida por el tacto de los colmillos, alejándose un poco de Rose.

— Perdón, perdón — Movió la blanquecina sus bigotitos, logrando así obtener el perdón de la gata. — Iba a deci-

Y hubiera podido terminar de hablar, a no ser por el sonido de la puerta siendo abierta con brusquedad, Interrumpiendo su gatuna conversación.

La conocida como la hermana menor de su dueña entro, cargando un semblante de preocupación.

𝐆𝐀𝐓𝐎 𝐆𝐑𝐔𝐍̃𝐎𝐍 ›  ࣪  ( 𝖼𝗁𝖺𝖾𝗌𝗈𝗈 )  ׂ  ♡ ⃞    !Where stories live. Discover now