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— Miau... Miau, miau. Miauuu.

Anhelaba intensamente poder expresarle todas su preocupación a su adorada dueña. Seul, no obstante, las berras de lenguaje volvían a jugarle una mala pasada.

La chica se hallaba cocinado, yendo de una lado a otro por la barra de la cocina mientras su felina la seguía, escuchándola maullar infinidad de veces.

— ¿Y si las humanas no la cuidan bien o se olvidan de Rosi? — Emitía con angustia la mamífera.

Kang busco por la alacena, comprendiendo a su grisácea minina.

— Soo, ella estará bien, ¿Si? Solo confía en mi. — Acarició el pelaje de su gata. — Pareciera que mis dos gatas salen — Bromeo lavando sus manos para regresar a su trabajo.

Ese dia las humanas Soojin y Shuhua se habían llevado a su Rosie a un lugar llamado veterinario, separándolas a ambas solo para un chequeo o eso habían comentado. No era nada grave, no obstante, eso no privaba que la minina gris se estuviese preocupada, casi, histérica.

Jisoo calló viendo imposible poder comunicarse amenamente con su dueña.

Las horas pasaron y fue una tortura para la minina gris esperar la llegada de la blanca, tratando de dormir un poco en el sofa sin lograrlo

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Las horas pasaron y fue una tortura para la minina gris esperar la llegada de la blanca, tratando de dormir un poco en el sofa sin lograrlo.

Casi salto cuando escucho el timbre de la casa sonar, meneando sus bigotes y cola hasta ver como la gran madera fue abierta.

Soojin llegaba cabizbaja mirando como si hubiera algo importante en el suelo, tomando de la mano de la humana azabache quien con pena observo a la gatita en el piso maullando.

— ¿Como fue? — Se asomó la dueña de las mininas con una sonrisa en el marco de la cocina. La cual fue borrada por completo al notar el rostro sombrío de Soojin, con pequeñas lagrimas decorando sus rojizas mejillas.

Jisoo no entendió que estaba pasando, pero, solo quería ver a la blanca y aun buscando, no conseguía encontrarla.

— ¿Qué paso? — Preguntó la mujer con el ceño fruncido, sus ojos ya cristalizados.

La gata grisácea maullo exigiendo alguna respuesta, siendo tomada por la chica, sintiendo como Seulgi se aferraba apretando un poco su peludo cuerpo.

— Perdón, es que estábamos en el veterinario y salto de los brazos de Shuhua, intentamos atraparla, pero huyo por un callejón sin espacio y no logramos verla más... — Explicó Soojin, encarando a la chica con pena. — Hemos buscado toda la tarde, pero, nada.

— Fue mi culpa, lo siento. — interfirió una sollozante Yeh.

Soojin la tomo entre sus brazos, esperando la reprimenda de la pelinegra.

— Esta bien. — Suspiro cansinamente, sin querer preocupar a los demás. — Rosie es de calle, siempre sale y conocerá el camino para regresar, estoy segura. — Las jóvenes a sintieron, querían reclamar, pero, la mirada de la pelinegra las obligo a callar. — Ya casi esta la cena, vamos a la mesa.

Dejo a la minina con suavidad sobre su cama, brindándole varios mimos sobre su pequeña cabeza antes de dejarla sola en la habitación.

— ¿Miau? — Maullo deseando alguna explicación, más lo que obtuvo fue el silencio de la recamara.

𝐆𝐀𝐓𝐎 𝐆𝐑𝐔𝐍̃𝐎𝐍 ›  ࣪  ( 𝖼𝗁𝖺𝖾𝗌𝗈𝗈 )  ׂ  ♡ ⃞    !Donde viven las historias. Descúbrelo ahora