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Las mininas observaron la escena sin prestar mucha atención, queriendo estar lo más alejada de su dueña por lo irritada que se le escuchaba la voz, y dejo que Rosie la siguiera consintiendo.

— Es que, no lo sé.

Se lograba escuchar con claridad la apagada voz de la chica.

Ji Soo estiro sus patitas sintiendo plena curiosidad, dejando que su misterioso deseo de acercarse a la chica la guiasen y termino postranda en el regazo de la muchacha.

Al principio tenia miedo, no lo podía negar, mas su dueña paso de ella y se sintió segura al no recibir algún regaño.

— Te gusta, Shuhua ¿O me equivoco? —Emitió con irritación la mayor.

Soojin permaneció callada, encogiéndose en su sitio, dejando su mano comenzar un vaivén en el pelo de la minina. No era que no quisiera contestarle, más no estaba segura de su respuesta o que significaba querer a alguien con exactitud.

— ¿Miau? — Ji Soo deseo con todas sus fuerzas llamar la atención de las dos adultas, sintiendo leves caricias en su cuello y por impulso gatunos comenzó a ronronear, sacándole una pequeña sonrisa a la pelinegra.

— ¿Y?

Soojin mordió su labio, aun sin contestar.

— ¿Qué es gustar? — Pidió la minina, sin entender por completo la situación.

Para ella, la menor estaba siendo regañada por su dueña, o dándole alguna lección.

Movió su cola con insistencia, levantando sus orejitas feliz al ser comprendida. Aún que claro, las palabras inicialmente iban dirigidas a la chica.

— Mira, te explico como una niña de kinder, ¿Okey? — Aclaró rodando los ojos.

Tanto humano como minina asintieron.

— Haber...— Se planteo como iniciar —. Si eres feliz a su lado — La minina iba asintiendo ante cada palabra de la chica, — Te sientes segura y confortada junto a esa persona, le aguantas todo, hasta sus chistes malos y te agrada más el tiempo que pasan juntas que el que pasas con el resto de tus amigas... Es posible que te guste

Si bien Ji Soo comprendía lo que le decía su dueña, otras cosas no le quedaban muy claras. Movió sus bigotes dejando a su cuerpo estático, entrando en un dilema casi existencial con sus pensamientos revueltos.

— ¡Ah! — Exclamó la joven, recordando algo. — Al principio te duele el estómago como la mierda, según, se le llaman mariposas. — Bufó con molestia.

Y si todo aquello era cierto... ¡Demonios! Ya entendía por qué su pancita le molestaba como loca.

Bajo saltando del regazo del animal más civilizado y la observo marchándose a grandes pasos, yéndose del lugar sin ninguna explicación más decidida y contenta.

Ji Soo sintió como todo el peso de Rosie era dejado sobre sí, siendo aplastado por ella y noto como sus orejitas se encontraban levantadas, con sus pupilas por completo redondas. Juraría que hace unos instantes la vio jugando con la lana.

— ¡SooyaSooya! — Exclamó la minina aún teniendo a la mencionada a un lado.

La grisácea la miro con disgusto, logrando que se levantara de si y sintió la áspera lengua de la felina contra su oido.

— ¡Me gustas! — Chilló la blanca sin pena, habiéndole prestado total atención a la conversación anterior.

Si la minina fuera un humano, juraría que su cara habría logrado tornarse por completo rojo.

— Me gustas, mucho. — Repitió frotando su pelaje contra el de la mayor.

Si su dueña tenía razón a Ji Soo también le gustaba  sintiéndose estúpidamente feliz, ya que ella nunca se lo planeo, más ¿Qué implicaba el ahora gustarse?

𝐆𝐀𝐓𝐎 𝐆𝐑𝐔𝐍̃𝐎𝐍 ›  ࣪  ( 𝖼𝗁𝖺𝖾𝗌𝗈𝗈 )  ׂ  ♡ ⃞    !Donde viven las historias. Descúbrelo ahora