|| Capítulo 26 ||

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Nuevo Capitán de la APPI.


Me pasé las manos por el cabello húmedo, me hinqué para ponerme mis tacones y me enderecé, me dio un tirón en la parte baja de mi abdomen y apreté los labios, adolorida.

Tuve que ponerme una blusa de cuello para que no se notaran las marcas de las manos de Khan en mi piel. Me senté en la cama, respirando hondo y la puerta se abrió bruscamente. Él entró ya listo para irse a la casa presidencial, pero yo aún no estaba del todo lista.

—Tienes cinco minutos o me iré sin ti —me avisó.

—Que lindo —bufé de mala gana.

Se metió las manos en los bolsillos de su pantalón y me miró fijamente.

—Cállate —le dije antes de que dijera algo. Me puse de pie y cepillé mi cabello, poniéndome algo de maquillaje.

—¿Piensas estar doblada en todo el día? Quédate aquí.

—No, estoy bien, no alardees tanto.

—No necesito alardear lo que ya se ve a leguas. Solo fueron cuatro polvos, cría —se mofó, lo miré mal y bufé.

—Claro, haz que te metan tu polla por el culo, hijo de puta —siseé y apretó la mandíbula, serio.

—Aún no te la he metido en el cu..

—Cállate, eres tan sucio hablando —le corté, tomé mi gabardina y mis cosas, pasando por su lado.

—No necesito que me eduques, eres mi mujer no mi madre —espetó detrás de mí.

—Khan, no estoy de humor, solo quiero golpearte tu hermoso rostro justo ahora —me tomó del brazo cuando casi me caigo de bruces al suelo por las escaleras —. Deja de distraerme, maldición. No camines detrás de mí.

—¿Por qué no?

—Porque siento tu presencia perturbadora y no me gusta —bajé las escaleras y nos fuimos al estacionamiento, subí a su auto, Niko me echó un vistazo de reojo y le sonreí.

—Pues ve haciéndote la idea —puso reversa y luego aceleró.

—¿De qué? —lo miré confundida.

—De que en algún momento te la meteré por el c...

—En serio, cállate —chillé y lo vi medio sonreír de lado, sonreí yo también y besé sus labios de impulso —. Me encanta, sonríe más seguido.

Me miró de reojo, serio por completo.

—¿Por qué?

—Porque así me puedes enamorar más —me reí.

—¿Tan rápido se te va el malhumor?

—Solo si me sonríes —me encogí de hombros —. Imagínate si eres hermoso serio, lo eres aún más sonriendo.

No dijo nada, volviendo a centrarse en la carretera, aún más serio. Él nunca sabía como tomarse un cumplido, ni tampoco le gustaba sonreír eso era obvio, pero me encantaba la idea de que solo lo haga conmigo.

Llegamos a la casa presidencial y me dieron mi café de cada mañana, Khan igual, pero él fijó su atención en alguien lejano.

Seguí su mirada y vi a Rebeka hablando con Stephan.

Sonreí al verlo.No lo veía desde que regresé, ni siquiera sabía que seguía aquí.

Se acercó a nosotros, Rebeka tomó un camino diferente con algunas planillas en sus manos.

—Stephan —lo abracé y se tensó, no sé si por el abrazo o por Khan, creo que ambos, pero no me importó. Ya lo consideraba un buen amigo, sé de que lado estaba y su lealtad, eso era más que suficiente para considerarlo un buen aliado y amigo.

Dulce Castigo [+21] Where stories live. Discover now