|| Capítulo 72 ||

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Intercambio y alianza al descubierto.


Khan.



Vi de reojo como mi móvil comenzó a sonar sobre la mesa, todos estaban hablando entre ellos mientras yo solo los ignoraba. Kassia se puso de pie y se fue al baño, me alejé unos pasos y respondí a la llamada cuando vi de quien se trataba.

—¿Qué quieres? —le dije.

—Tengo a los Roger en mis manos, ¿cuándo los quieres? —preguntó Elián tan frívolo. Jodidamente estaba demasiado obsesionado con su media hermana que no le importaba entregar a su tío y a su prima con tal de obtener lo que quiere. En este caso era a Aurora, y a mí me importaba una mierda si la mataba, de hecho, me haría un favor.

—¿Entraste a New York?

—Ayer en la tarde —se rio y apreté los puños —. Por ahí me llegó el rumor de que mi hermana está herida. ¿Qué tan ciertas son las noticias?

—No te interesa, de mi mujer me ocupo yo —siseé y no dijo nada —. Coordinaré ubicación, no te conviene jugar chueco, recuerda que estás en mi territorio y yo no soy de los que perdona a nadie.

—Ya dije que no soy un perro traidor, solo tú y yo —mascullo complacido. No sé porque demonios hacía esto, pero tendría mi oportunidad para poder atraparlo, si es que no tiraba a la sangre de su tío el maldito cobarde.

—Veamos si eres un Roger cobarde como Benjamín o un Roger valiente como Elián.

Colgué y me regresé a la mesa, Kassia me echó un vistazo y no dije nada. Mis ojos se fueron hacia Elaine

Colgué y me regresé a la mesa, Kassia me echó un vistazo y no dije nada. Mis ojos se fueron hacia Elaine Stone y bajé la mirada a su abdomen que Kassia estaba tocándole con emoción mientras hablaban entre ellas y la secretaria, que ahora resulta es la madre del hijo de Stephan.

Me serví más whisky y bebí todo el contenido hasta el fondo de mi garganta. Que patética mierda.

—Hagamos un brindis por los que estamos y los que no —pidió René y todos alzaron sus vasos, Malik me miró de reojo y alcé mi vaso de mala gana —. Quizá esta pueda ser nuestro último tiempo juntos así.

—No amargues al cumpleañero —se rio Malik para poner algo de gracia a la frase de René, todos me miraron y Kassia se rio al verme con mi cara de pocos amigos.

—Salud —dijo ella y chocamos los vasos.

La velada pasó entre la mierda de Malik y luego la presencia de Kennet y su grupo de idiotas.

—Tenemos un regalo para ti, mi amigo —dijo el Pakhan, dejó un maletín delante de mí y lo abrió, miré su contenido y vi veinte lingotes de oro.

Me reí sin ganas y lo miré.

—¿Crees que me falta dinero? —bufé.

—No, sé que te sobra, pero estás bellezas son de colección, por ahí oí que te gusta coleccionar oro —palmeó mi hombro y se rio —. También es como un trato de paz entre los tuyos y los míos, algo así como una alianza —miró detrás de mí a su hermano Niko y suspiró —. Ya que no puedo hacer que regrese a mí, lo cuidaré con mi maldita vida uniendo fuerzas.

—Kennet —gruñó Niko.

—Bien —dije y Kennet sonrió, complacido. Era un imbécil con un humor del carajo, pero era un Pakhan y tenía muchas influencias y poder, tenerlo en mi bando no vendría nada mal.

Dulce Castigo [+21] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora