[3] - Delilah

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Delilah

Tomo mi delicioso café en la sala de descanso de la empresa y me deleito con el aroma mientras me mantengo sentada en una de las sillas. ¡Es mi adicción, no puedo dejarla! El café es lo más rico que hay.

Al final encontré la oficina de recursos humanos, conseguí un puestito en la fotocopiadora. No es mucho, pero es trabajo honesto. No quiero tener trato preferencial por ser la hermana de uno de los jefes. Sé que mi gemela comprenderá. Además, no entiendo mucho, así que prefiero llevar y traer papeles.

¡Sí, esta es mi vida ahora, me agrada, adiós pobreza!

―¡Ah, aquí estás! ―Veo llegar a ese tal Zem, el hombre que tiene la sangre que me molesta, iugh.

Hermano de Hans, terrible.

―Ya me arruinaste el café. ―Y eso es imposible porque es la bebida caliente más maravillosa de todo el universo.

―Lo siento. ―Se ríe―. Olvidé preguntarte el nombre, sé que tu hermana se llama Dahlia, pero tú...

―No necesitas saberlo ―lo interrumpo―. No creo que nos crucemos mucho.

―Pero si la de los recursos humanos me dijo que eres la que trae las fotocopias.

Mierda.

―Soy Delilah ―digo a regañadientes.

―Encima de gemelas, nombres parecidos, sus padres querían jugar a un trabalenguas o algo, ¿no? ―Se ríe.

―No te importa.

―¿Siempre eres tan amargada?

―Solo con tu género y tu sangre. ―Sorbo de mi café para que me vuelva la felicidad―. ¡Ah, qué delicia! ―grito sin pensar.

―Sé ve que te gusta el café ―opina.

―¡No me gusta, me encanta, es una adicción que no puedo dejar! ―Sufro.

―Y no la dejes ―dice sin importancia.

―¡¿Quieres que me explote el estómago?! ―me quejo―. Hombre tenías que ser.

―¡¿Por qué nos odias?! ¡¿Qué te hicimos?! ―Hace un drama exagerado a modo de chiste e intento no reír.

Las personas no lo saben, pero soy muy fácil de manipular, así que decidí ser lo suficientemente amargada para que no se den cuenta, aunque se me está haciendo muy difícil.

¡Ah, necesito ser malhumorada para que me dejen de molestar!

            ¡Ah, necesito ser malhumorada para que me dejen de molestar!

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Hans y ZemDonde viven las historias. Descúbrelo ahora