¿Este papel va aquí o aquí? ¿Tenía que llevarlo a la oficina 112 o la 13? Ay, no, ya lo mezclé todo. Tengo suerte de ser la hermana de uno de los dueños, es que ya me hubieran despedido con estos desastres. Aunque Silly no pierde oportunidad para criticarme.
—Qué inútil. —Se acerca la mencionada—. Te dije que esto no va aquí.
—¡Ah, tienes razón! —chillo.
—¡Te lo expliqué mil veces, no seas descerebrada!
—¡Tengo cerebro, solo que me funciona lento!
—¡No sirves para este trabajo, mejor lárgate!
—Pero...
—Señoritas, no discutan. —Llega Zem—. Hay que relajar las energías, están muy malas.
—Jefe, no entiende —explica la recepcionista—. Por más que sea la hermana de la dueña, me da más trabajo y no es el mío. Denle un ayudante o algo, pero no me pongan a mí en esta situación.
—Relaja.
—La raja —se me escapa, él se ríe y Silly me pega en la cabeza—. ¡Ay, agresión laboral!
—Se lo ruego, por favor. —La rubia agarra las manos del morocho—. Sáqueme a esta loca, o cámbieme de sucursal, no la aguanto más.
—¡Agresión psicológica! —sigo gritando.
—¡Cállate! —chilla y lo abraza—. ¡Ayúdeme, me muero!
—Eso es acoso.
—Cuántas definiciones —acota Zem.
—Me gustan los juegos de palabras y me gusta que se me respete —aclaro.
—Respete para que lo respeten. —Se ríe él, expresando una referencia de un programa de televisión.
—¡No metas a la doctora Polo en esto!
—¡Me están ignorando! —grita Silly.
—Bueno, él no te está soltando —opino, luego me dirijo a hablarle a él—. Eres un aprovechado.
Zem sonríe y me recuerda:
—Ya lo sabías.
Touché.
—Y bueno, ¿cómo vas a solucionar este problema?
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Conociendo a Zem, ¿qué creen que va a hacer?
Y, sipi, la próxima narración es la de él, por si se preguntaban jaja
