Altair Black, prodigio de pociones

capitulo 03

Harry se dirigió a un parque cercano a Privet Drive y rezó brevemente para agradecer que fuera de día y estaba fresco afuera. Tambaleándose un poco, observó el parque vacío antes de caminar hasta una casita de juegos y meterse dentro. Agitando la mano en círculo y formando un cuadrado en los cuatro puntos cardinales, sintió que una sutil barrera repelente de muggles se levantaba alrededor de la estructura y se tumbó, quitándose la camiseta de gran tamaño y acolchándosela bajo el pómulo antes de cerrar los ojos y sumirse en un profundo sueño.

Al caer la tarde, se despertó con los ojos entrecerrados, recorriendo su cuerpo de arriba abajo, comprobando el nivel de energía y asegurándose de que todos sus miembros funcionaban. Se levantó y volvió a aplicar el amuleto Desilusión, disipó la protección y caminó hasta el borde del parque, en dirección a una pequeña tienda de comestibles que sabía que había cerca. Entrando por la puerta detrás de una anciana muggle, Harry cogió un bocadillo precocinado y se lo metió en el bolsillo, volviendo a colarse por la puerta y escuchando atentamente para ver si alguien se daba cuenta del robo.

Al no oír nada, caminó vagamente en dirección a Londres y desenvolvió el sándwich, pavo con pan de trigo. "No hay forma de que pueda llegar a Escocia así, y necesito encargarme de Voldemort antes de volver a retirarme". Dando un bocado lobuno al bocadillo, consideró sus opciones y se dio cuenta de que sólo había una, siendo realistas. Grimmauld Place. La madre de Sirius había vivido allí hasta cierto punto, lo sabía, y no recordaba cuándo había muerto. Pero si había muerto, él sería el heredero de Sirius y podría pasar la guardia. Kreacher estaría allí, con toda probabilidad, y el horrocrux del medallón del Señor Tenebroso.

Sacudiendo la cabeza, siguió caminando calle arriba, mirando a un lado y a otro. Londres estaba demasiado lejos de Surrey para aparecerse en el núcleo de un niño.

Cuanto más tiempo estuviera fuera y no de incógnito, más arriesgado sería. No podía estar seguro de que Dumbledore no tuviera un guardia secundario que le avisara de la desaparición de Harry.

Si Harry iba a encarcelar a alguien, eso sería lo mínimo que haría, y Dumbledore no era estúpido. Hacía décadas que Harry no pensaba en el director, pero lo comprendía mucho mejor que antes. No le gustaban sus decisiones, pero lo comprendía.

Llegando a una conclusión, Harry buscó a su alrededor el roble más grande que pudo encontrar, y se decidió por uno de unos sesenta centímetros de diámetro, un juvenil que apenas empezaba a crecer de verdad, pero grande para este páramo suburbano. Era una elección arriesgada, pero no tenía muchas buenas opciones. Esto podría funcionar. Iba a ser un conducto, Diosa mediante.

Sonriendo, se sentó de espaldas al árbol y cerró los ojos. Respirando hondo, apoyó la mano izquierda en una raíz expuesta y empezó a cantar suavemente. "Gran guardián del bosque, guerrero boscoso, préstame tu fuerza. Busco el socorro de la Diosa y debo encontrar seguridad. Préstame tu poder, oh roble magistral; el más poderoso de los árboles, protector de los bosques, concédeme esta bendición y seré campeón de tu especie hasta el fin de mis días. Plantaré a tus parientes en mis tierras y los protegeré con mi vida; adoraré a la Diosa y al Dios a la antigua usanza y protegeré sus dominios. Poderoso roble, no me prestes más fuerza de la que puedas disponer. Te pido esto, poderoso roble...".

Al cabo de unos minutos, Harry sintió que empezaba a entrarle calor detrás del ombligo y sonrió. Era un ejercicio que había aprendido de joven, y funcionaba mejor en un verdadero bosque con robles centenarios, pero cualquier árbol podía ayudar, dependiendo de la fuerza que se necesitara. En su madurez, podría haber guardado el poder con seguridad para usarlo en un ritual, o para cargar una poción. Ahora, podía hacerlo explotar en una lluvia de luz, como su malograda escoba fortalecedora, si no tenía cuidado.

Cuando la presión alcanzó un punto peligroso, Harry envió un último pensamiento de agradecimiento al árbol y se concentró con todo su ser en el vestíbulo de Grimmauld Place, la pata de trol llena de paraguas apolillados y el retrato delirante. Los suelos que podían brillar por el pulido o pudrirse por el moho. Una vez que pudo oler la casa, saltó a través del espacio en su mente y su cuerpo lo siguió, apretándolo a través de un túnel de brea y dejándolo caer desmayado ante un Kreacher atónito.

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Publicación del capitulo 03: 09/12/22

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