capitulo 05

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Aquella tarde encontró a Harry en la biblioteca de los Black, rodeado de montones de textos de pociones abiertos con diversas referencias cruzadas

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Aquella tarde encontró a Harry en la biblioteca de los Black, rodeado de montones de textos de pociones abiertos con diversas referencias cruzadas. Un irritado Kreacher entró por la puerta.

"Es hora de que el joven amo esté comiendo".

Pasándose una mano ausente por el pelo alborotado, el no-niño no dio señales de haber oído. "¡Kreacher! ¿Puedes traerme un cuaderno, o pergamino, algo? Material de escritura de algún tipo".

"Kreacher le traerá al joven amo material de escritorio una vez que el joven amo se lave y coma. Son las 7 en punto."

Harry levantó la vista bruscamente. "¿Tanto tiempo ha pasado? Está bien, Kreacher, iré. Déjame guardar mi sitio aquí". El elfo lo vio agitar una mano hacia las pilas de libros que se tambaleaban y todo en la biblioteca se congeló de repente, hasta las llamas de las velas en los apliques pulidos de las paredes. Las motas de polvo centelleaban en el aire donde se habían desplazado en corrientes silenciosas. "Excelente. ¿Nos retiramos a la cocina?"

"El señorito estará fregando los platos y cenará en el comedor", dijo Kreacher, con severidad.

Aunque Harry sabía que el elfo debía creer ahora que era una especie de reencarnación, mientras llevara el semblante de un niño Kreacher parecía decidido a tratarlo como tal. Era divertido, por ahora. Probablemente hará lo mismo si no envejezco lo suficiente, pensó Harry con ironía. A menos que vuelva a mi edad real, siempre le pareceré joven.

Lavandose las manos de la suciedad de decadas, adquirida al rebuscar en los estantes atrasados de los mohosos textos de pociones, Harry se dirigio al comedor formal y asintio con aprobacion a la mesa reluciente, iluminada por la suave luz de las velas y los parpadeos de un pequeño fuego en una gran chimenea. A Harry no le importaban las formalidades, pero estaba claro que a Kreacher sí, y necesitaba mantener al elfo en su rincón, por ahora.

"Bien hecho, Kreacher. Esta habitación parece bien cuidada".

El elfo se hinchó de orgullo. "Esta mesa pertenece a la familia desde hace cuatrocientos años. Los árboles de los que procede se han extinguido. Kreacher no conoce su nombre, pero su madera es muy apreciada. Anula los venenos".

Sentado ante una pierna de cordero asada y varias guarniciones vegetales, Harry interrogó al repentinamente voluble Kreacher sobre Grimmauld Place y sus muchas características. Hacía décadas que no entraba en él, pero los recuerdos del pasado eran vívidos: infestaciones, túnicas malignas y relojes malhumorados. Gran parte de la magia había sido depositada en capas, e incluso los Black evitaban algunas partes de la casa. Después de tanto tiempo, parte de ella tenía mente propia.

Kreacher estaba claramente contento de hablar de la casa, incluso a esta extraña aparición. Harry se dio cuenta con un sobresalto de que el elfo estaba solo. Todavía no estaba loco, no de la forma en que lo estaría después de años aquí solo, y Harry se preguntó si estaría dispuesto a venir al castillo Clothilde. Al menos allí Kreacher tendría trabajo y Harry podría vigilarlo. Odiaría tener que matar al elfo para cubrir sus huellas aquí. Mas amable al tenerlo a su lado, y tal vez más eficiente. Que no necesitara a un elfo no significaba que no pudiera serle útil.

Miró hacia abajo y se sorprendió al ver que había limpiado el plato. "Estaba excelente, Kreacher. Gracias, Kreacher. ¿Dónde dormiré?"

El elfo se levantó y limpió la mesa con un gesto de la mano, apagando los apliques y los candelabros en los soportes de plata.

"Kreacher acompañará al joven Maestro a una suite de invitados en el tercer piso".

Siguiendo al elfo más allá de la hilera de cabezas montadas, Harry subió las escaleras y escuchó mientras Kreacher señalaba primero una puerta cerrada a la derecha y luego una puerta abierta a la izquierda que resultó ser un lavabo con bañera.

"Gracias, Kreacher. Despiértame a las siete de la mañana, por favor. Buenas noches". Con un movimiento de cabeza Harry despidió al elfo, que desapareció con un estallido. Harry se levantó y reflexionó sobre los acontecimientos del día. Aunque seguía sin estar seguro de dónde o cuándo se encontraba, tal vez aquello fuera una bendición. Ahora tenía otra vida para perseguir su verdadero amor por las pociones y, sabiendo lo que sabía ahora, podría llegar más lejos que nunca.

 Ahora tenía otra vida para perseguir su verdadero amor por las pociones y, sabiendo lo que sabía ahora, podría llegar más lejos que nunca

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Publicación del capitulo 05: 09/12/22

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Altair Black, prodigio de pociones  Where stories live. Discover now