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-- Martinez and Otamendi have disappeared, we haven't heard from them for five hours (Martínez y Otamendi han desaparecido, no sabemos de ellos desde hace cinco horas)

Guillermo había llegado ya a la comisaría. Estaba relatando la situación cuando Farias y Matthew aparecieron dando su informe.

Poco después ingresaron igualmente Bernal y Lozano.

El mexicano volteo a ver dónde se encontraba Cuccittini, quien estaba terminando de ser procesado e ingresado a las salas de interrogación y antes de perderse en el pasillo sus ojos se posaron sobre suyo, justo como en el carro, con una pequeña sonrisa burlona. Un escalofrío le recorrió y lo atribuyo al frío de la reciente mañana.

Quiso apurarse a rellenar el reporte e ir a descansar.

Del otro lado del cuartel, en una fría silla y una mesa de metal a la cual estaba esposado, Lionel ignoraba por completo al agente frente suyo.

-- Con abogado o sin, ya estas jodido. Así que ayudate a ti mismo y habla.

Amenazó Rafael.

-- ¿Qué es lo que quieres para soltar información? ¿Qué te arranque uña por uña?

-- Leave it to me (dejámelo a mi)

Matthew dijo entrando a la sala. Lionel habló por fin, evitando que el mexicano se fuera.

-- Quiero al de cabello chino, él que me ha traído aquí.

-- Francisco don't work in interrogations (Francisco no trabaja en interrogatorios)

-- No me importa, traelo.

Respondió entre dientes el capitán. Matthew más obligado que queriendo salió por el pasillo, alcanzando apenas al mayor que ya iba por la puerta hacía el estacionamiento.

-- ¡Ochoa! Come here.

El güero se acercó trotando leve y posandose a su lado.

-- Márquez wants you to go and question Messi (Márquez quiere que vayas e interrogues a Messi)

Matt se adelantó y agregó antes de que el otro negara.

-- It will be quick, I swear I will do my best to take it to the USA after and leave you alone finally (será rápido, te prometo que haré lo posible por llevarlo a Estados Unidos después y dejarte en paz finalmente)

Guillermo se adentró de nueva cuenta a la comisaría y no pudo evitar preguntarse porque los gringos pelearían a Argentina el derecho sobre Cuccittini.

-- Apenas nos conocimos pero ya empezaba a extrañarte, boludo.

Soltó sarcástico Lionel en cuanto vio al agente adentrarse con un folder manila y una taza de café.

-- Buenos días, olvidé presentarme cuando estaba esposandote. Yo soy el agente Ochoa y he venido a hacerte unas preguntas.

Ignoró lo primero dicho y se sentó con gracia en la silla frente a Lionel.

-- Agente Francisco Ochoa -- dijo en voz baja -- estoy seguro que tu otro nombre será Guillermo...

El nombrado lo miró fijo, cuestionado como es que sabía su primer nombre y el hecho de que adivino correctamente el segundo. Nunca le había gustado presentarse con su nombre completo y menos a los criminales que trataba, muchas cosas podían salir mal con su apellido y cara en conocimiento ajeno.

-- Es más común de lo que te imaginás la cantidad de Francisco Guillermo que conozco. Pero ninguno tan bello como vos.

Guillermo se descolocó con el halago y mejor se concentró en las fotografías que traía consigo.

-- ¿Me puedes decir que contienen estas cajas?

Preguntó, señalando el cargamento que bajaba de un barco.

-- ¿Vos que crees? Puras armas.

-- ¿Y a quién se las vendías exactamente?

Lionel se recargo con los brazos sobre la mesa, aplastando las fotos e invadiendo de pronto el espacio personal de Guillermo.

-- Si te respondo eso... ¿tendrías una cita conmigo?

Murmuró con un toque de sensualidad.

Guillermo se echo para atrás. No quería demostrar que el otro le intimidada pero la cercanía y el cálido aliento pegando casi en sus labios le asustó.

-- No tengo permitido aceptar esa clase de ofertas.

-- ¿Ah si? ¿Qué te lo prohíbe? ¿Tus principios o los de ellos?

Señaló con la cabeza al espejo de doble vista, donde se encontraba parte del cuerpo policial.

-- ¿Quiénes son tus compradores? Dime sólo un nombre y puede que te ayude a reducir tu sentencia.

Dijo Guillermo, ignorando lo antes preguntado.

-- Vos no podés pedirme responder a tus preguntas si no me das algo a cambio.

-- Te estoy ofreciendo años menos de cárcel.

-- Los dos sabemos que eso no es posible. Ni el presidente de China podría evitar mi sentencia, menos reducirla.

Guillermo suspiró. Volteó a donde estaba seguro que Rafael los observaba y aún sabiendo que Ochoa no podía verlo el mayor asintió, queriendo que continuará. Ya había logrado que dijera más palabras de lo que hizo en diez minutos él.

-- Si no vas a decirme nada creo que será mejor que aquí termine yo. Voy a dejar que inicie tu papeleo para Estados Unidos.

Lionel se levantó a la par que Guillermo y le tomó con fuerza por la muñeca, deteniendolo. El mayor tenía la otra mano sobre su pistola, listo para desenfundarla en caso necesario.

-- No podés dejarme ir para allá. Los yanquis no quieren interrogarme, quieren comprarme, quieren adueñarse mi negocio, no eliminarlo.

Susurró, queriendo que sólo Memo escuchará.

-- ¿Qué dices?

-- Ellos quieren que deje de comprar a Europa y Asía. Les conviene distribuir para controlar las transacciones.

Al no soltarlo tuvieron que ingresar un par de policías para separarlos. Obligaron a que Lionel se sentará de nuevo y le pidieron a Guillermo retirarse. Cuando salió de la sala no pudo evitar mirar a Matthew, quien también le observaba con duda. No soltaron palabras, pero con sus ojos dijeron más de lo que podían.

Guillermo pidió hablar a solas con Rafael y ambos ingresaron a otra sala aparte.

-- ¿Qué ha sido eso? ¿Qué te dijo? ¿Te lastimó?

-- Creo que tenemos otro problema además de los argentinos.

-- ¿Por qué lo dices?

Márquez inquirió.

Guillermo se presionó el rostro con la mano es una señal de desespero.

-- ¿Quién es el mayor productor de armas a nivel mundial?

El mayor pensó, mirando poco después como un iluminado a Memo.

-- ¿Estás seguro?

-- Cuccittini me lo ha confirmado. Además hace rato cuando Matthew salió por mi me prometió que haría todo lo que estuviera en sus manos para llevárselo a su país rápidamente.

-- Malditos estadounidenses. Siempre metiendo sus narices a cualquier parte con billete, hasta son más corruptos que nosotros.

Guillermo comprendió que no había terminado su trabajo, y aunque sólo le fuera pedido atrapar a Lionel, pediría apoyo de Guardado para ingresar al juego. Debía aceptar la confianza que aquel criminal le estaba entregando y llegar a destapar lo que afectaría a todo el continente.










N/A

Se me olvidó poner las edades de Memo y Messi. Pero son 30 y 28 respectivamente.

Les amo.

I'm in love with a criminalWhere stories live. Discover now