Sindri (PT.2)

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Insegura de qué se trataba todo eso, Zeltzin comenzó a caminar, esta vez no solo enfocándose en el medio ambiente sino también en el campamento. Era más grande y completo de lo que esperaba, especialmente después de haber sido instalado en unas pocas horas. Ella suspiró, pasando rápidamente su mirada entre el campamento y la entrada al Reino, la separación de los hermanos comenzó a sentirse demasiado real. Se acercó a un pequeño trozo de metal, viendo su propio y más humano reflejo aún se sentía irreal, un pequeño dolor en su pecho apareció cuando empezó a pensar en su forma anterior. Tocándose la cara suavemente, no pudo evitar pensar en todo lo que los enanos habían hecho por ella hasta el momento, culpable y preocupada por su separación, inconscientemente miró el reflejo de sus brazos, justo donde estaban sus tatuajes. Un tridente en cada hombro, en honor a su padre Poseidón, debajo y entre dos bandas, olas para representar su vínculo con el mar; el dolor en su pecho creció a medida que su agarre sobre ellos se hizo más fuerte.

"¿Estás bien?" se quedó sin aliento ante el sonido de la voz del enano y se dio la vuelta para encontrarlo sosteniendo dos manzanas brillantes. Tomando una respiración profunda, ella asintió.

"Gracias... Por la manzana" se acercó a recogerla. Después de unos segundos en silencio mientras comenzaban a comer y con algunas miradas rápidas de él a sus brazos, Sindri volvió a hablar.

"Tú... Uh..." dijo en voz baja, dudando si era un buen tema para hablar y aún tratando de superar su interacción anterior, enfocó su mirada en su manzana. "Nunca me dijiste lo que significaban esos tatuajes..." ella cerró los ojos, suspirando. "Está-está bien si no quieres decírmelo, yo solo-"

"Devoción", dijo con amargura, dando un gran mordisco a la manzana cuando el enano la miró. "A..." abrió los ojos, frunciendo el ceño con lo que Sindri vio como dolor y tristeza. "Mi padre... A... Mi hogar..." ella lo miró. "A un lugar que ya no existe". Su voz sonaba ronca, preocupado y arrepentido de preguntar, el hombre solo la miró por unos segundos. "He estado..." Continuó en voz baja, como si cada palabra fuera más difícil de pronunciar que la anterior. "Pensando si debería deshacerme de ellos ya que, bueno..." ella hizo una mueca "no tienen ningún propósito ahora" el silencio se hizo cargo de nuevo, Zeltzin se perdió en sus pensamientos, pensando que ya había superado el caos que precedió a su llegada a Vanaheim pero solo para descubrir que estaba equivocada y Sindri tratando de descifrar qué decir o cómo responder a eso, después de un tiempo, las palabras salieron por sí solas.

"No tienes que..." dijo él, ella lo miró, confundida. "Quiero decir, ¿por qué no..." él la encaró "los cubres? Puedes- Puedes reemplazarlos"

"¿Sustituirlos? ¿Con que?" Aunque todavía afligida, su voz sonaba esperanzada.

Viendo una oportunidad y tratando de no volver a ponerse nervioso, Sindri tomó un trozo de carbón y comenzó a dibujar cuatro runas vinculantes: coraje, salud, una mixta entre laguz (lago) y ehwaz (caballo) y una última que significaba... Amor.

"¡Runas!" tartamudeó, mostrándolas. A pesar del tiempo que Zeltzin pasó en la nueva tierra y aprendiendo de Sindri, nunca aprendió sobre las runas ni el significado, todo lo que sabía era que algunas de ellas le podrían permitir viajar a través de los Reinos.

"¿Qué quieren decir?" preguntó ella, su voz sonó más segura y curiosa, aclarándose la garganta y sin saber si decir la verdad, él respondió vagamente.

"Coraje, valentía... Cosas así y... eh..." señaló la mezcla. "Este es... Um... Relacionado con el agua y así..." la chica frunció el ceño, mirando las runas. "En- En caso de que quieras continuar con el tema con el-" ella lo miró, aumentando los nervios del enano. "El océano y- y..." con una sonrisa suave pero triste, ella asintió.

"Son perfectas" tragando saliva, el hombre comenzó a hacer pequeños gestos con la cabeza, finalmente inclinándose. "¿Lo harías?"

"¡Oh, no!" Levantó las manos a la defensiva. "No no no no no. No podría..." Miró sus brazos, el pensamiento de él marcando dolorosamente su piel lo hizo tragar seco y atragantarse un poco. "Yo nunca..." Ella levantó una ceja y le dio una media sonrisa.

"Entonces deberíamos encontrar a alguien, ¿verdad?"

"Espera..." Finalmente dejando de mirar sus brazos, se centró en su rostro, ahora relajado y con una suave sonrisa. "Tú, ¿realmente lo harás? ¿Todas- Todas las runas?" Preguntó, ansioso por el verdadero significado detrás de ellas, sin embargo, la expresión de la mujer hizo que su inquietud se desvaneciera mientras asentía con firmeza.

"Todas ellas" tomó otro trozo de carbón y, dibujando las runas de nuevo, agregó los diseños de sus tatuajes actuales encima.

Aflojó su cuerpo, sin darse cuenta de lo tensa que estaba hasta ese momento, ver cómo se verían sus brazos le dio una sensación de alivio. Sindri no pudo hacer más que mirarla fijamente, sin saber si decir los verdaderos significados detrás de las runas vinculantes, se perdió en su expresión durante unos segundos.

"¿Tienes una idea de dónde buscar?" preguntó ella, encarándolo y sorprendiéndolo.

"¡Vaya! Uh..." se aclaró la garganta y comenzó a mirar a su alrededor, evitando su mirada. "Yo- Uh... creo que sí". Con sus pensamientos corriendo por todas partes, trató de encontrar una respuesta. "Hay una enana cer... ca..." de repente se encogió, lamentando haberla mencionado.

"¿Una conocida?"

"Más o menos, sí..." suspiró, aunque Lúnda en realidad era amiga de los hermanos, se arrepintió de haberla mencionado tan pronto como abrió la boca debido a que ella era demasiado directa y contundente, tal vez incluso más que su hermano.

"¿Estás de acuerdo con esa idea?" preguntó ella, viendo cómo de repente su energía comenzó a desvanecerse. Sin otra opción, cerró los labios con fuerza con la esperanza de evitar hacer una mueca y asintió. "Guíame entonces", sonrió suavemente.

EN PAUSA El juramento del mar || OC de God of WarWhere stories live. Discover now