Vistazos (PT.3)

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Mientras pescaba, su mente, aunque ahora más clara y tranquila, no pudo evitar pensar en las cosas que sucedieron últimamente. Además de volver a ver a Kratos, esos arrebatos y visiones eran completamente nuevos, se sentían como nuevos poderes que ella desconocía por completo, ya que ni siquiera Grecia los conoció alguna vez. Su nueva preocupación y curiosidad por el niño, Atreus, también pareció sorprenderla. Siendo el hijo del guerrero, su sentimiento inmediato fue el odio y el asco, sin embargo, incluso hacia el padre, podía decir que esas emociones se estaban desvaneciendo.

Confundida y ausente, logró pescar más peces de los que esperaba mientras reflexionaba. Con una canasta llena, caminó de regreso al campamento. Al dejar la comida al lado de la tienda, vio que la pareja en la que había estado pensando hablaba con Sindri mientras él se inclinaba, preparándose para vomitar. Se acercó a ellos mientras el chico la señalaba.

"¿Qué hay de ella? ¿Puedo decírselo a Zeltzin? Kratos gruñó.

"¿Decirme que?" Todavía tensa por su presencia, pero casi sin enfado, levantó una ceja hacia el guerrero.

"Nada." Respondió con dureza, frente a la pareja. "Un asunto de familia". Sus ojos miraron al chico, casi frunciendo el ceño. No convencida, giró un poco la cabeza.

"Oh", dijo Sindri en comprensión, antes de recoger un engrane cerca de Atreus. "Puedo contarte un par de cosas sobre asuntos familiares..." dijo mientras lo dejaba en su mesa de trabajo, Zeltzin suspiró.

"¡PUAJ!" Atreus gruñó, sorprendida por su reacción, ella frunció el ceño. "Déjame adivinar... Tu hermano no es tan talentoso como tú, y su trabajo es basura". Se sentó en un yunque cerca de Sindri.

"¿Atreus?" Dijo en un susurro, confundida.

"Uh... Esas cosas son precisas. ¿Tu punto?"

"Es de lo único de lo que hablas, una y otra vez". Su voz se volvió molesta, haciendo que la nereida se tensara y el enano lo mirase. "Haz algo al respecto o cállate ya".

"Atreus", la mujer levantó la voz mientras se acercaba al niño.

"Ya veo..." respondió el enano.

"¡Sí! ¡Estamos hartos de escuchar sobre los pequeños problemas de la gente pequeña!" Se puso de pie y se dio la vuelta, encontrándose de frente a una mujer con el ceño fruncido y desaprobación. Sindri se dio la vuelta, el chico pasó junto a Zeltzin, empujándola.

"Está bien..." finalmente habló, luchando por hacerlo. "Eso dolió un poco... Entonces, echemos un vistazo a su equipo", comenzó a caminar hacia su tienda, en voz baja. Antes de que pudiera seguirla, ella se paró frente al guerrero.

"¿Una palabra?" Ella arrugó la nariz, él gruñó.

"Spyros" movió la cabeza, el sonido de ese nombre hizo que su tensión creciera.

"No puedo creer que te acuerdes...", dijo con despecho.

"¿Qué es lo que quieres?"

"¿Lo que quiero?" Ella entrecerró los ojos con incredulidad. "Ya te lo dije" con él sin reaccionar ni moverse, su frustración comenzaba a mostrarse en su rostro. "Los enanos. ¿De verdad no vas a decirle nada a Atreus? ¿Sobre qué y cómo habló con Sindri?

"¿Por qué debería?" Su expresión facial se endureció, haciéndola enojar.

"Huh", dijo burlonamente. "Pensé que eras su padre o algo así".

"Cuidado con lo que dices, mujer." Su voz sonaba amenazadora. "NO me sermonees sobre mi hijo".

"Oh no, ¿cómo podría ALGUIEN sermonear a EL Fantasma de Esparta?"

"NO me llames así."

"No haga. No esto. No aquello. Entonces, ¿qué puedo hacer, oh Lord Kratos?" Amenazante, el hombre se acercó, ella se mantuvo firme con su respiración acelerando lentamente. "Yo SOY Zeltzin Spyros. Hija de Poseidón, padre que perdí en TUS manos." Kratos gruñó. "Media hermana de Caribdis, las Náyades y las Nereidas, hermanas que perdí en TUS manos". Mientras hacía todo lo posible por seguir hablando bajo, el despecho y el dolor en su voz lo hacían más difícil con cada palabra. "Hija de Grecia, tierra que murió en TUS manos. Esos dos enanos son todo lo que me queda, Kratos. Y no dejaré que TÚ o TU hijo los lastimen de NINGUNA manera, ¿entendido?" Él se mantuvo en silencio, con el ceño fruncido y expresión de enfado mirándola directamente, ella gruñó. "Así que habla con TU hijo antes de que yo lo haga. ¿Quedó claro?" Ella gruñó antes de caminar hacia la tienda.

"Supongo que puedo reunir la energía..." dijo Sindri, molesto y dolido tan pronto como el guerrero se acercó a la tienda.

Incapaz de mirar a ninguno de ellos por demasiado tiempo, Zeltzin les dirigió una última mirada dura antes de caminar hacia su canasta de pescado. Ella comenzó a limpiarlos agresivamente, solo se detuvo después de que la pareja se fue. Confundida y herida, tratando de buscar al enano, se inclinó hacia un lado, solo para verlo desaparecer, entrando en el reino entre reinos. Ella suspiró, enfocándose de nuevo en la comida.

Tratando de descifrar por qué y qué acababa de pasar con Atreus así como la falta de interés de Kratos, entrecerró los ojos. Distraída cuando la realidad finalmente la golpeó, hizo un corte equivocado en el pescado, haciéndolo caer al suelo. Parecía que Sindri no era el único que había comenzado a preocuparse por ese par. Incluso después de la actitud del chico y su discusión con el espartano, no pudo evitar preguntarse qué estaba pasando. No los conocía, solo un lado de cada uno, pero podía decir que algo andaba mal. Insegura de qué hacer o sentir al respecto, hizo todo lo posible para tener todo listo para cuando el enano regresara. Sin preocuparse por el clima que comenzaba a amenazar con lluvia, encendió un fuego y comenzó a cocinar.

El tiempo pasaba y Sindri no regresaba. Preocupada y debatiendo si buscarlo o no, finalmente se perdió en las llamas mientras cantaba la canción de cuna de antes. Sin hacer ruido, alguien se sentó a su lado, suspiró aliviada.

"¿Estás bien?" Dijo en voz baja, mirando al hombre a su derecha, él gruñó.

"¿Tiene razón?" Preguntó con dureza, casi amenazante antes de mirarla. "¿Crees que Atreus-?"

"Lo que él dijo" interrumpió ella "fue desagradable, duro e innecesario" la tensión del enano disminuyó.

"¿De verdad hablo tanto de Brok?" Preguntó, todavía dolido. Ella frunció el ceño, preocupada.

"Él es tu hermano, después de todo..."

"¿Crees...?" Se detuvo, suspirando y tomando uno de los pescados que aún estaba caliente.

"¿Que deberías hacer algo al respecto?" Su voz sonaba amable, casi cuidadosa. "Desde que te encontré en Vanaheim" frunció el ceño confundido, mirándola.

"Nunca dijiste nada. Por supuesto, lo mencionabas de vez en cuando, pero..."

"No estaba en mi lugar hacerlo..." Ella suspiró. "Cuando hablé con Lúnda, ella dijo que todo lo que ambos necesitaban era tiempo. Decidí darte tiempo"

"Entonces, ¿cuándo planeabas hacerlo?" Ambos finalmente comenzaron a comer, lentamente y casi sin energía. "Hubiera sido mejor escucharlo de ti que de él", gruñó, encogiéndose ante el recuerdo de Atreus. Sacó su tridente, él alzó una ceja confundido.

"Cada vez que veías esto... fruncías el ceño, gruñías, te quejabas..." Ella lo dejó cerca de él. "Incluso después de trabajar en él, solo viste el trabajo de Brok", él arrugó la nariz, mirando hacia otro lado. "No importa cuánto tiempo pasó o cuán poco lo usé frente a ti..." Suavizó su voz, casi preocupada. "Todavía fruncías el ceño". Se quedaron en silencio por unos momentos, distraídamente terminando su comida. "Pero no lo hiciste" él la miró. "No esta vez" ella le dio una media sonrisa. "Y todavía está frente a ti" Sindri frunció el ceño confundido. "Esa era la señal que estaba esperando... Tal vez..." ella buscó sus ojos para enfocarse en los de ella. "Tal vez ese pequeño cretino tenía razón", dijo ella, encogiéndose, haciendo que el hombre resoplara divertido.

EN PAUSA El juramento del mar || OC de God of WarWhere stories live. Discover now