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Jimin estaba enamorado.
Ya no tenía dudas, le bastaba con tan solo ver el rostro sonriente de Jungkook cada vez que lo besaba o lo abrazaba, ese sentimiento, esa calidez que sentía en su corazón, simplemente no tenía palabras para describirlo.
Él amaba a Jungkook y se encargaría de demostrárselo siempre.
-Eres perfecto.
Tan pronto esas palabras salieron de los labios de su novio sus mejillas se ruborizaron y se giró ocultando su rostro con sus manos.
-No digas esas cosas. -musitó el menor avergonzado.
Jungkook rio apartando las manos del rubio de su rostro para regalarle una sonrisa con hoyuelos de esas que tanto adoraba el menor.
-¿Por qué no? Solo digo la verdad. Y la verdad es que eres perfecto.
-K-Kookie, eso... Eso no es cierto.
Jungkook lo miró con el ceño fruncido.
-No vuelvas a decir eso.
-Pero...-
-No Jimin, me duele cuando hablas así. -dijo sorprendiéndolo un poco- Quizás en el pasado no tuviera idea, pero ahora es diferente.
-¿A qué te refieres?
El cuerpo de Jimin se tensó ante la mirada tan penetrante que Jungkook le estaba dando.
-Sungchan me contó. -Los ojos de Jimin se abrieron como platos- Mimi, si te sentías así ¿Porque nunca dijiste nada? Podría haberte ayudado.
-Lo sé Kookie, sé que me habrías ayudado, pero pensé que podía lidiar yo solo con mis inseguridades. Me mostraba confiado y fuerte la mayor parte del tiempo para que así nadie notara lo débil que soy, incluso contigo...
Jungkook suspiró tomando las manos del más bajo entre las suyas.
-Trabajáramos en ello. -soltó Jungkook con una bonita sonrisa decorando sus labios. Jimin ladeó su cabeza abriendo tiernamente su boca- Si es posible te repetiré cada mañana lo hermoso que eres. Eres hermoso Jimin.