i. Crash Course For The Amnesiac

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━━ chapter onecrash course for the amnesiac( jason )

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━━ chapter one
crash course for the amnesiac
( jason )

✿✼:*゚:༅。.。༅:*・゚゚・⭑

Dejemos algo claro: antes de electrocutarse, Jason ya estaba teniendo un día horrible.

Te contaría cómo acabó en esta situación, despertándose en un bus cogido de la mano de una chica que no había visto en su vida (no era necesariamente la parte horrible, porque era muy mona), pero no sabía qué hacía allí. Acaba de despertarse, en un asiento de bus, con un fuerte dolor de cabeza y... ¿hay chicle en el respaldo de ese asiento? Oh, qué asco. Pero era lógico, porque estaba bastante seguro de estar en un autobús escolar, ya que había tropecientos chavales desparramados en los asientos de delante. Escuchaban sus iPods, hablaban o dormían. Todos parecían más o menos de su edad... ¿Quince? ¿Dieciséis? Vale, eso sí que daba miedo. No sabía cuántos años tenía.

Su asiento se sacudió cuando el autobús avanzó por una carretera llena de baches. Jason se frotó los ojos, tratando de pensar mientras miraba por la ventana. Un desierto se extendía bajo un brillante cielo azul... Um, Jason estaba seguro de que no vivía en el desierto. (¿Verdad?) Intentó hacer memoria... Lo último que recordaba...

La chica le apretó la mano.

—¿Estás bien, Jason?

Lo primero que notó fue que su voz sonaba como la miel. Al mirarla, el corazón le dio un vuelco. Llevaba unos vaqueros desteñidos, unas botas de montaña y un forro polar. Tenía el cabello color chocolate cortado de forma desigual, con finos mechones trenzados a los lados. No llevaba maquillaje, como si no quisiera llamar la atención, pero no le daba resultado. Era muy guapa. Y sus ojos parecían cambiar de color como un caleidoscopio: marrones, azules y verdes, incluso rosas con un toque de naranja.

Jason le soltó la mano y ya echaba de menos el calor que le había proporcionado.

—Esto... yo no...

—¡Está bien, yogurines, escuchad!

Jason dio un respingo y miró hacia la parte delantera del autobús. Un profesor había gritado al grupo de críos, y era obviamente un entrenador, pero uno muy pequeño. No medía más de un metro sesenta, lo cual era hilarante. Llevaba una gorra muy calada en la cabeza, de forma que solo se veían sus ojos pequeños y brillantes. Tenía una perilla fina y cara avinagrada, como si hubiera comido algo podrido. Sus musculosos brazos y su pecho abultaban bajo un polo de vivo color naranja. Su pantalón de chándal y sus zapatillas Nike eran de un blanco inmaculado. Del cuello le colgaba un silbato, y llevaba un megáfono sujeto al cinturón. Cuando se puso de pie en el pasillo, uno de los alumnos gritó:

—¡Levántese, entrenador Hedge!

—¡Lo he oído! —el entrenador escudriñó el autobús en busca del ofensor. Entonces sus ojos se fijaron en Jason y su entrecejo se frunció aún más.

² GREEK TRAGEDY! leo valdezWhere stories live. Discover now