v. Leo is NOT A Vulcan!

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━━ chapter fiveleo is not a vulcan!( leo )

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━━ chapter five
leo is not a vulcan!
( leo )

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Antes de empezar, Leo quiere decir: ¡NO es un vulcano, no lo es ni lo será jamás!

(Aparte de eso, la visita iba bien...)

(Hasta que se enteró del dragón, claro.)

Primera cosa guay: ¡su guía turístico tenía un maldito brazo de metal! ¿No es genial? Se pasó la mitad del trayecto desde el lago mirándolo e intentando averiguar cómo funcionaba, o cómo no le arrastraba completamente al suelo por el peso. Parecía de bronce. Eso pesa. ¿Cómo se sujetaba al hombro? ¿Cómo lo movía? Fuera de eso, había algo raro en este Cain. Leo no sabía qué era, pero con sólo estar cerca de él quería irse. Quería retroceder porque lo único que percibía era el olor a cenizas del taller donde había muerto su madre. Le alarmaba. Le daban ganas de volver a coger la mano de Savreen y darse cuenta de que no estaba con él.

Aquello le hizo sentirse un poco peor. Intentó superarlo, concentrándose en las otras cosas interesantes. Como los auténticos barcos de guerra griegos amarrados en la playa, en los que a veces se practicaban combates con flechas incendiarias y explosivos (¡qué bonito!); o las sesiones de manualidades en las que podías hacer esculturas con motosierras y sopletes (¡doblemente bonito!). ¿Y esas chicas en el lago? Merecería la pena ahogarse por ellas.

Bueno, eso si tenían la cara de Savreen... tal vez... o eran Savreen... Leo ha conocido chicas muy guapas en el campamento, pero siempre buscaba a su mejor amiga. Ella le gustaba. ¿Cómo no iba a gustarle? Le gustaban todas las chicas fuera de su categoría, pero lo mejor era que esta chica realmente hablaba con él, le cogía la mano y a veces se reía de sus bromas cuando no estaban con nadie más. Y le encantaba su cocina, lo cual era un plus.

Cuando tuvo que despedirse de ella, corriendo tras ese auto, pensó que nunca más la volvería a ver. Pero él prometió encontrarla de nuevo. Había huido, una y otra vez, y luego, como un regalo del cielo, la encontró en la Escuela del Monte. Fue como un sueño hecho realidad. Después de todos esos años. Todas esas veces durmiendo en las alcantarillas y huyendo de terribles hogares de acogida, Leo encontró a la única chica que lo hizo sentir como si estuviera en casa nuevamente.

Él sabía que ella no sentía lo mismo. (Nunca lo sentían). Pero seguía siendo su mejor amiga, y eso era lo que más importaba. Y realmente quería que viniera para ver todas estas cosas geniales con él, pero la había visto por última vez en el lago, y ahora no tenía ni idea de dónde podía estar.

Cain lo miró mientras le mostraba el comedor.

—No voy a morderte. Créeme, no doy tanto miedo como parece, chico.

Entonces ¿por qué te tengo tanto miedo? Se preguntó Leo para sí mismo. ¿Por qué hueles como el temido taller que trato de olvidar?

En cambio, preguntó:

² GREEK TRAGEDY! leo valdezWhere stories live. Discover now