Paren todo que me quiero bajar

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Mis recuerdos, luego de abandonar la fortaleza medieval, son vagos y confusos.

Con dificultad, rememoro el interior de un auto y mis quejas al despertar a causa de los murmullos de sus ocupantes.

—¡Dejen dormir al prójimo! —Exclamé, para luego acomodarme y retomar el sueño.

Si bien, estaba sobre algo duro, también era fresco, lo cual ayudaba a despejar mi atolondrada mente.

Por ello, cuando volvimos al aeropuerto, estaba revitalizada y lista para largarme en el primer vuelo que saliera.

No importaba el destino.

Solo quería irme lo antes posible de allí. Si era en un vuelo al fin del mundo, mejor.

No obstante, preocupados por mi cara de zombi y el concierto de tripas que tenía, Edward y Alice, me obligaron a cenar, antes de embarcarnos en el primer vuelo.

—¿Y si me arresta la policía mientras estoy tragando? —Advertí, mientras caminábamos con prisa entre la multitud, que nos observaba con extrañeza.

Tal vez, mis acompañantes anormalmente pálidos y mi cara de pastera angustiada debían de llamarles la atención.

O tal vez...

¡¿La rubia me había denunciado y ahora era conocida por ser una roba niños?!

Guarden lo' cabro' chico' que ahí viene la Julieta del saco...

¿Debía agregar otro cargo a mi prontuario delictual?

¡Y en otro país, para variar!

¿Policía?

Pfff... Que ordinario.

A mí me lleva la chingada y la Interpol.

Diría que me perseguía la desgracia, pero, me lo había buscado yo sola.

Tragué saliva, sintiendo como el color huía de mi cara, mientras se ralentizaban mis pasos.

Edward soltó una breve carcajada, sacudiendo la cabeza.

Confusa ante su cambio de humor, fruncí el ceño.

Su expresión insondable, se había suavizado de improvisto, extendiéndose una sonrisa por su rostro anodino.

Le sostuve la mirada, un instante, arrugando el entrecejo, para encubrir mi desconcierto.

Seguir alimentando la ilusión, de que estaba feliz de verme, era agregar una dosis más de sertralina, para mantener mi estabilidad emocional, cuando nuevamente me dejara.

Desvié la vista, con renovado rencor. Mis cejas casi se unían, bajo mi máscara de indiferencia.

Alice comentó algo referido a su regalo de navidad, distrayendo mi atención.

Con uno de sus delgados brazos sobre mis hombros, me instó a seguirle el paso, dirigiéndonos hasta una concurrida cafetería.

***

Después de atascarme de comida hasta la saciedad y en tiempo récord, olvidando todo vestigio de educación, finalmente nos embarcamos.

Mientras caminaba por el estrecho pasillo de la aeronave, tecleé un breve mensaje para Jacob, quien respondió de manera inmediata, con una fotografía.

Sonreí como una boba, al ver a mi pequeña Sunny, durmiendo junto a la estufa a leña, ovillada como un peludo rollito de canela.

"Cuida que no se queme los bigotes." Escribí con premura

(Fanfic de Luna Nueva) Temporada de corazones rotosWhere stories live. Discover now