₊°.•𝐇𝐎L𝐌𝐄𝐒 • ₊˚.
[ Me gustas, por tu cabello
castaño, por tus ojos curiosos
cada que ven algo desconocido.
Me gustas tú, no Sherlock.]
Donde una chica
está en busca de
su madre.
O
Donde sin querer...
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𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 ⁵ •°Belle Place Whitechapel°•
ೃ࿔₊•𝐀𝐥𝐞𝐞𝐧 𝐇𝐨𝐥𝐦𝐞𝐬⟅୭̥°⋰˚
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Bueno después de la charla con Tewksbury llegó Enola y desciframos algo y por eso en este momento nos encontramos en 28, Belle Place Whitechapel.
Llegamos a donde indicaba la carta la cual era una casa, muy bonita por cierto, pero ese no es el punto, vimos algo que llamó nuestra atención, la puerta estaba abierta y parecía que alguien forzó la puerta, raro no?
Entramos y sentimos un olor horrible inundar nuestras fosas nasales, vimos a un montón de moscas y también nos dimos cuenta que a simple vista el lugar estaba repleto de plantas.
Seguimos revisando el lugar hasta que entramos a lo que parecía ser una habitación y la vimos, vimos a Mae...tenía un cuchillo clavado en el estómago.
— ¿Mae? — Balbuceó Enola si nombre mientras se acercaba a ella.
— ¿Qué paso? — Pregunté preocupada mientras trataba de evitar que más sangre saliera de su cuerpo.
— ¿Fué el? ¿Fué el novio de Sara? — Preguntó la castaña con un hilo de voz, yo por otro lado intentaba buscar una toalla o lo que sea para que me ayudara a evitar el sangrado.
— No podré hacerlo. — Dije mientras que con una toalla apretaba la herida, es que nunca había visto a una persona desangrado!
Ví como Mae poco a poco empezaba a cerrar sus ojos, estaba muerta ella estaba muerta, y yo no pude hacer nada para evitarlo...
— "La verdad de los dioses" — Dijo Enola leyendo el papel que anteriormente había sacado del bolsillo de la falda de Mae.
Yo por otro lado tenía unas inmensas ganas de llorar.
— ¿Aleen y Enola Holmes? — Dijo una voz a nuestras espaldas.
— ¿Inspector Lestrade? — Dije mientras me giraba para verlo mejor.
— Lestrade — Afirmó Enola. — Ella, está, está...
— Muerta, ¿me pueden decir cómo pasó?
— ¿Qué? No, no es la que usted piensa.
— Estamos investigando un caso, una chica despareció. — Dijo la castaña mientras tomaba mi mano para tranquilizarme, llenandose así de sangre.
