𝐇𝐎L𝐌𝐄𝐒|| Lord Tewksbury

𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 ⁸

𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 ⁸
•°Seras un hombre...°•

ೃ࿔₊•𝐀𝐥𝐞𝐞𝐧 𝐇𝐨𝐥𝐦𝐞𝐬⟅୭̥°⋰˚

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─ ¡Tewksbury! Siempre estás en los momentos más oportunos...─ Dije con una sonrisa tonta mientras le miraba, estaba tan lindo...

─ ¿Aleen..? ─ El chico me miró un poco aturdido, pero después sonrió mientras se acercaba a mí.

Le hice una seña para que me siguiera a una puerta que ví de primera, este otra vez un poco aturdido me siguió.

─ Bien. ─ Dije entrando al lugar y cerraba la puerta. ─ Necesito que me enseñes a bailar...─ Lo miré expectante esperando una respuesta positiva de su parte.

─ ¿Qué te enseñe a bailar? ─ Preguntó confundido, pobre...─ ¿Cuándo?

─ Bueno... necesito que me enseñes a bailar hoy mismo. ─ Corregí lo que dije anteriormente.

─ ¿Si sabes que se le enseña a los niños a bailar a los cinco años?

─ No, es que se ve sencillo, solo es mover las piernas al compás de la música, no puede ser tan difícil para aprender desde los cinco. ─ A esa edad mi madre me enseñaba a jugar tenis o arco y flecha...

─ ¿Qué haces aquí? ─ Me miró expectante. ─ Digo, sé que te invité, pero pudiste avisarme para llegar juntos en un carruaje.

─ Primero, que hacen. ─ Le corregí. ─ Segundo lo sé, perdon por no decirte que vendría, pero todo esto paso a última hora, y tercero, estoy aquí porque Enola y yo trabajamos un caso homicida. ─ Solté todo rápido sin pensar bien lo que diría. ─ No, no tendría que decirte esto, olvida que te lo dije. ─ Al ver su mirada de diversión continúe diciendo. ─ En pocas palabras intentamos salvar la vida de una chica, digo, alguien.

─ Déjame ver si entendí. ─ Me miró. ─ Intentas salvar la vida de alguien...¿bailando? ─ Habló aún sin creer la última parte, recibiendo un asentimiento de mí. ─ Okay, te enseñaré, espalda derecha. ─ Me acomodé. ─ Bien, pondré mi mano aquí...─ Dijo y agarró mi mano. ─ Y...la otra aquí. ─ Puso su mano en mi cintura, dando así a que lo mirara a los ojos y nos quedaremos viendo por unos segundos. ─ Si te incómoda me avisas. ─ Le sonreí y asentí, ese gesto me pareció muy tierno.

─ Perfecto. ─ Desvié mi mirada al suelo.

─ Levanta el brazo. ─ Ordenó mientras volvía a tomar mi mano y la alzó dulcemente. ─ Bien, ahora yo voy a guiar y tú me sigues. ─ Volvió a poner su mano en mi cintura y sonrió.

De verdad que si seguía así me iba a morir hoy mismo.

─ Haz como si miraras por arriba de mi hombro. ─ Empezó a moverse en pequeños pasos mientras a la vez me guiaba, yo solo seguía su ritmo ya que decía en un pequeño susurro "Un, dos, tres" ─ Y dime, ¿Por qué vas al parque? ¿Por qué me ves de camino a la recamara? ─ Volvió a preguntar.

─ Solo...te vigilo, en caso de que te metas en problemas. ─ Le miré a lo ojos por un momento mientras me iba moviendo. ─ Ya sabes, que te tiren de un tren o algo. ─ Lo escuché decir en un pequeño susurro "Aleen..." ─ No confío en que te puedas cuidar tu solo.

─ Aleen, ya soy un hombre.

─ No, serás un hombre cuando yo te lo diga.

─ Los problemas en los que me meto ahora son menos...¿Cómo decirlo? Menos peligrosos...─ A todo esto paramos de bailar, pero después volvimos a retomar el ritmo. ─ ...Un, dos, tres, un, dos tres...─ murmuraba el castaño en mi oído. ─ Mírame a los ojos. ─ Busca mi mirada y la consigue, dándome paso a ahogarme en esos ojos chocolatosos que tanto me gustan. ─ El ritmo siempre está ahí. ─ continuó hablando. ─ bailar es como la confianza, es una...unión.

Miré a la puerta por unos segundos, pero después lo volví a mirar, a este punto estábamos tan pegados que sentía su respiración caliente chocar contra mi cuello...

─ Por eso siempre lo he amado, incluso cuando mi tío me enseñaba. Y créeme que a ese hombre le gustan los pasteles de puerto. ─ Rió suavemente al recordar y después me da una vuelta. ─ Que aliento.

Al escuchar lo último dicho por el castaño no pude evitar soltar una carcajada.

─ Bailas bien. ─ Me sonríe.

─ Tal vez, porque tengo a un buen maestro cuyo aliento no es para nada parecido al de su tío. ─ A este punto nuestros labios estaban a escasos centímetros de chocar, cuando nos fuimos acercando un poco más se escuchó una voz...

─ ¡Tenemos una situación urgente! ─ siguieron tocando la puerta desesperadamente.

─ Debo irme. ─ Dijo mientras se alejaba completamente de mí. ─ Necesitas una tarjeta. ─ Dijo y sacó de su bolsillo efectivamente, una tarjeta.

─ ¿Qué? No, no sé lo suficiente.

Tewksbury me miró con una sonrisa tomó mi abanico y hizo un gesto raro con este.

─ ¿Eso es una respuesta?

─ Ya verás, se que lo entenderás...─ Dijo para después salir del baño, por la ventana.

─ No coman del pastel de jengibre, créanme que será lo mejor. ─ Dije saliendo del baño para ir a encontrarme con Enola.

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Y...bueno no los saludo porque lo hice en el anterior capítulo, pero bueno JAJAJAJJA.

este ya fué un poco más largo, y prometo que el próximo uffs será aun más.

Maratón
2/3