Una nueva jóven llegaría al instituto japonés más codiciado por los aspirantes a héroes desde generaciones antiguas entre ellos los actuales miembros del curso 2-A. Ella era tan solo un ser más, entonces...
¿Por qué causaba tanta conmoción?
¿Quién...
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— deja de mirar tu teléfono ____ — se burla el joven de hetero cromáticos ojos.
Su mirada se conectó con la de la rubia, sus manos se posaron con dulzura sobre las mejillas sonrojadas de su compañera, era una mezcla de emociones que golpeaban su pecho, que pedían a gritos dejar de ser oprimidas por sus silenciosos labios, pero que sus ojos confesaban cada segundo del día.
Ella mordió con nervios su labio inferior, habían sido muy íntimos desde pequeños gracias a la insistencia del peli rojo por el casamiento y ahora su pecho comenzaba a doler, quizás rogando que él no pudiera escuchar el fuerte palpitar que su corazón hacía.
— el bebé, puede estar con pena porque lo deje solo por mucho tiempo — susurra ____ apenada, una vaga excusa que permitió alejar la mano contraria de su rostro.
— ¿puedo tomar su orden? — la joven de veinte años miraba con impaciencia a ambos adolescentes.
— tallarines con salsa para mi esposa y para mi soba frío porfavor — el rostro de la pecosa se tiñó de rojo e inmediato se alejó — ¿dije algo malo?
— creo que buscaba tu mera atención Shoto — ríe la fémina con una sonrisa algo burlona.
Los minutos pasaron como segundos, las risas de ambos decoraban el viejo local, el cálido aroma del pan y el café daba un toque hogareño que tanta paz transmitía a la rubia. Sus ojos azules se posaron sobre el peli rojo, la señal perfecta para ambos comenzar con su plan.
— amor, debo ir al baño — se levanta la fémina, el joven tan solo asiente con una agradable sonrisa.
— ¿y su señora? — curiosa la mujer de rojos cabellos toma el impulso de acercarse.
— sabes, eres muy linda — el de bi colores cabellos toma su tarjeta de crédito para extenderla a la mujer — es una pena que tenga a mi mujer hoy — suspira.
— si es una pena — ríe la fémina ocultando su sonrisa detrás de la bandeja.
Tras retirarse cancelando el pedido, ____ ingresa con una cálida sonrisa, entre sus dedos su celular para seguir pendiente de los mensajes de sus compañeros.
— ¡que delicia se ve! — habla una vez sentada, el joven de bi colores cabellos asiente.
— aunque deberías cuidarte más, desde que tuviste a Hanako has subido de peso, además te descuidaste un poco ____ — comienza a quejarse.
La rubia bajó cabeza, algo molesta presionó el mantel por debajo de la mesa, sus ojos se cristalizan mientras toma con cuidado el tenedor, apenas había tocado el plato para cuando decidieron retirarse.
Camino al porche negro del bi color la encargada de servir a los clientes tomó el plato de comida para guardarla con cuidado en una bolsa oscura, sus mejillas se tiñerom de un fuerte color rojo mientras finos jadeos eran esbozados por sus poco agraciados labios.
