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Ser padre de dos niños pequeños no era bastante fácil, menos cuando no tenías a nadie a tu lado. Guillermo o como sus amigos lo conocen: Memo, tenía dos pequeños cachorros, Kevin y Diego.

Ochoa era un chef bastante reconocido en Francia, su comida era como tocar el cielo en carne y hueso, y eso Guillermo lo sabía. Después de unos problemas en Francia decidió volver a su tierra natal: México. Donde aún tenía su lugar asegurado.

***

Después de haber tenido un largo viaje de preguntas de Kevin, sobre el por qué de muchas cosas, habían llegado a México. Para su sorpresa, todo había cambiado, ya no era igual a como lo recordaba él, pero había algo que no cambió mucho en particular: su departamento.

Aquel lugar era un segundo hogar para Guillermo, pues aun recordaba cada cosa que había hecho ahí.

ー ¿Está es nuestra casa ahora? ー Preguntó Kevin mirando aquel lugar en el que entraba mucha luz, puesto que la casa era un color blanco crema
ー Sí Kevin, esta es nuestra casa ahora. ー Guillermo le acaricio la cabeza suavemente

Los llantos de Diego se hicieron presentes, aquel Alfa corrió en dirección a la sala donde habían puesto al pequeño de apenas unos 4 meses. Ochoa lo tomó en brazos y fue así como se logró calmar.
Al parecer al más pequeño no le estaba gustando aquel cambio de aires.

El Alfa espero a que su cachorro logrará conciliar el sueño para poder ayudar a Kevin a acomodar sus montones de juguetes que había traído en dos maletas.

Aquel momento era un momento de convivencia entre el Alfa y su cachorro, pues cada juguete que tomaba Kevin le pedía a su papá si podían jugar con aquel y después continuar.
Al final, terminaron alrededor de las 7 de la tarde, hora en la que usualmente, los tres se sentaban a ver una pequeña serie de televisión que siempre elegía o Guillermo o Kevin.

La puerta fue tocada varias veces haciendo que el pequeño quien no tenía tanta paciencia fuera a abrir algo enojado.

ー Diga ー Abrió la puerta y pudo ver una figura bastante alta frente a él sosteniendo una bandeja
ー Oh, pequeño ー Se agacho a la altura de Kevin ー ¿Está tu papá aquí?
ー No, adiós ー Kevin respondió enojado, pues había hecho que pausara la búsqueda de serie para ver

El más pequeño iba a cerrar la puerta cuando su padre apareció deteniendo está.

ー Deberías ser más cortez con los demás ー Lo cargo abriendo nuevamente la puerta dejando ver un rostro totalmente desconocido.
ー ¿En que le puedo ayudar? ー Preguntó algo curioso Guillermo
ー Soy Rodrigo Lozano, vivo en el apartamento de al lado, vi que recién llegaron y les quería traer un regalo de bienvenida ー Mostró la bandeja que al parecer adentro tenía un pastel

ー Guillermo Ochoa, dígame Memo ー Le extendió la mano
ー Mucho gusto ー Al tomar la mano de aquel Alfa un escalofrío recorrió todo el cuerpo del Omega.
ー ¿Gusta pasar? ー Preguntó el más alto

ー Así estoy bien, no quiero incomodar ー Soltó una pequeña risa
ー Anda, pasa, no incómodas ー Se hizo a un lado y le extendió la mano haciéndole ver que podía pasar libremente
ー Papá, ¿me bajas? ー Kevin lo miro fijamente

Guillermo hizo caso y lo bajo, aquel cachorro salio corriendo hacia el sillón y de nuevo volvió a su búsqueda mientras le preguntaba tontamente a Diego que es lo que quería ver.

ー ¿Gusta pasar el rato con nosotros? ー Ochoa camino hacia la cocina para dejar aquel pastel en la mesa
ー Ya le dije, no quiero incomodar, aparte, recién me conoce ー Lozano camino también en su dirección, pudo notar como sacaba un cuchillo y tres platos.
ー No incómoda para nada, a Kevin no le importa mucho, menos a Diego, apenas si permanece despierto ー Comenzó a cortar en rebanadas pequeñas el pastel.

ー ¿A su pareja no le importara? ー Preguntó Lozano mientras observaba como trataba tan delicadamente aquel postre
ー No estoy con alguien, soy padre soltero ー Le dio una sonrisa y le extendió el plato con el pastel
ー No lo sabía, discúlpeme ー Tomó con cierta delicadeza el plato

ー ¿Usted? ー Ochoa dio una pausa antes de continuar, necesitaba pensar si eso no iba a sonar tan mal ー ¿Usted tiene pareja? ー Guardo el resto del pastel en el refrigerador
ー Digamos que estar casi todo el día en un hospital no me facilita las cosas ー Comenzó a comer aquel pastel que vagamente había comprado
ー ¿Es doctor? ー Lo miro bastante asombrado

ー Pediatra ー Corrigió
ー Debe ser genial ー Tomó los dos platos con el pastel y los llevó a la sala
ー Algo así, en un punto es agotador ー Siguió su paso

ー Me imagino, tu lidias con muchos niños y yo con dos, pero se siente como si fueran 30 ー Le dio a Kevin el plato con el pastel ー Anda, siéntate ー Dicho eso, Lozano se sentó en la orilla del sillón quedando a un lado de Ochoa.

Kevin se encontraba en el lado izquierdo, mientras que Diego estaba en el pecho de Guillermo, quien comía tranquilamente el pastel que le había regalado.

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Miraba aquella escena y sentía como mi corazón se derretía, ver familias ser feliz siempre había sido su sueño y por ello estudiaba pediatría, más tener a aquella familia de tres me hacía sentir extraño, me hacía sentir la necesidad de estar con ellos y era extraño, pues no llevaba ni una hora de que los había conocido.

Se sentía extraño ese momento, pero a la vez se sentía cálido, como si mi lugar fuera con ellos. Todos estaban bastante atentos a la serie que Kevin había elegido, era una serie de policías, el único que estaba bastante picado era el mismo Kevin, Guillermo se dedicaba a ver a su pequeño con el ceño fruncido y no podía evitar sonreír. Su sonrisa era de otro mundo.

Una llamada hizo que aquel momento lindo desapareciera, era a mi quien me llamaban, me maldecía internamente por haber detenido aquel momento lindo entre esa familia.

¿Diga? ー Descolgue la llamada
¿Dónde estás hijo de la verga? ー Edson casi me rompía el tímpano
En casa de mi vecino, ¿qué necesitas?

Tú presencia, caile en putiza, ya va a empezar la fiesta ー Había olvidado la fiesta que iban a tener los del hospital
Llego en diez ー Colgué la llamada y mire a donde se encontraba el de rizos.

ー Memo ー Sentía que se me iba a salir el corazón al decir aquel apodo
ー ¿Qué sucede? ー Cargo en brazos a su cachorro y se acercó a mí
ー Tengo un compromiso que atender ー Empece a juguetear con mis manos

ー Ahh, esta bien, nos vemos después ー Me dedico una pequeña sonrisa y me acompaño a la puerta
ー Gracias por haberme invitado a tu pequeño momento familiar ー Me detuve en el lumbral de la puerta y le sonreí, hizo lo mismo.
ー Gracias a ti por el pastel

Deseaba poder quedarme más tiempo, tal vez otro día podría pasar a visitarlos.

ー Adiós ー Me voltee y emprendí mi camino fuera de ahí
ー ¡Adiósss! ー Alzó la manita de Diego y se despidió de mi.

De nuevo su sonrisa salio a la luz, era lindo.

So this is love?Where stories live. Discover now